El papel de tercer piloto en la Fórmula 1, sin estar activo en otra categoría, suele ser contraproducente porque las funciones son más ornamentales que activas y el caso de Antonio Giovinazzi no es la excepción. El piloto italiano de 23 años está inscrito como reserva de Ferrari, pero hasta ahora poco se sabe de la acción que tendrá ya que ni Sauber ni Haas F1 han anunciado sus intenciones de concederle un volante en las sesiones libres que se desarrollan los viernes.
El otro piloto de la Academia Ferrari, el monegasco Charles Leclerc, estará este año en la GP2 con el equipo Prema y de todo ser normal, también estaría buscando un lugar en la Fórmula 1 en la temporada 2018. En ambos casos, el destino de Leclerc y de Giovinazzi dependerá de los planes de Ferrari a corto y mediano plazo. Desde Italia se hacen muchas ilusiones con su piloto y su equipo juntos a partir de la temporada que viene, aunque desde 1985, Michele Alboreto en Nürburgring, no gana tal combinación. Recientemente, Giancarlo Fisichella y Luca Badoer defendieron la casa de Maranello, y algo más atrás figuran Nicola Larini, Ivan Capelli y Gianni Morbidelli; todos con poco brillo vestidos de rojo.
Mientras otros pilotos compiten en pista, Sergio Marchionne le ha asignado a Giovinazzi la tarea de ser embajador de Alfa Romeo. Ojalá, la apuesta del joven italiano sea fructífera y pueda ingresar a la Fórmula 1 en 2018, sea con Ferrari o con otro equipo, porque a todas luces es injusto permanecer una temporada sin correr cuando ha demostrado tener las facultades para ascender a la categoría.
Vía | Speedweek