La confirmación de Bernhard ten Brinke no ha sido la única novedad presentada por Toyota GAZOO Racing South Africa durante las últimas horas. El equipo en el que estarán encuadrados dos de los cinco ganadores del Dakar sudamericano, Giniel De Villiers y Nasser Al-Attiyah, contará este año con una nueva Toyota Hilux V8 4×4, con el objetivo de esta vez sí conseguir la victoria absoluta del rally-raid organizado por ASO, otra de esas citas que se le resiste a la marca nipona.
No lo tendrán fácil. En frente estarán los MINI de X-Raid y los Peugeot 3008 DKR Maxi, retocados estos últimos por Peugeot Sport para despedirse por todo lo alto sacando todo el rendimiento posible de un reglamento buggy que está a punto de ser guillotinado por las peticiones del resto de equipos. Los promotores del Dakar han intentado equilibrar la balanza de cara a la próxima edición de la prueba sudamericana, todo ello sin adoptar por completo el reglamento FIA.
Tras renunciar al Toyota Hilux V8 Evo 4×2 que se presentó el año pasado, los hombres de Glyn Hall han decidido preparar un contendiente completamente nuevo de la variante de tracción total, aprovechando los beneficios reglamentarios otorgados a los vehículos 4×4 atmosféricos. Recordemos que ASO aprobó una normativa para el Dakar 2018 por el que los 4×4 pasaban a tener un peso mínimo inferior, ahora de 1.850 kilogramos (setenta menos), mientras que los recorridos de suspensión pasaba de los 250 mm anteriores a los 280 mm.
En este caso, la Toyota Hilux V8 4×4 2018 cuenta con un recorrido de suspensión un 12% mayor que el de las versiones que compitieron en el pasado Dakar, mientras que el restrictor de la admisión (brida de 38 mm) también ha aumentado para compensa el déficit de potencia que sufrirán los motores atmosféricos en las etapas de Bolivia. Se espera que la nueva configuración de la suspensión ayudará a sufrir menos pinchazos, mejorar la tracción y además bajar el centro de gravedad.
El motor estará situado de nuevo en posición central, aunque en esta ocasión ocupa un lugar más adelantado, justo detrás del eje delantero y bajo el habitáculo. En 2016 se hablaba de que el V8 5.0 litros heredado del Lexus IS-F entregaba algo más de 380 CV de potencia, por lo que no es de descartar que nos estemos acercando a cifras de 400 CV con los nuevos tamaños de la admisión.
La FIA ha estado trabajando para intentar equilibrar el rendimiento de los vehículos turbodiésel y los V8 atmosféricos, como es nuestro caso. Este es un proceso continuo, y aunque ninguno de las dos partes estará completamente satisfecho con las reglas, confiamos en que los últimos cambios nos den una mejor oportunidad en el Dakar 2018. Hemos decidido alterar radicalmente la disposición y geometría del coche para la próxima edición. Con el objetivo de alcanzar nuestras metas, hemos construido un coche completamente nuevo, en el que creo que hemos incorporado todo lo aprendido durante los últimos cinco años.
Será la presencia no sólo de una evolución, sino un coche completamente nuevo, el heredero del coche que debutó por primera vez en 2012. Conocido internamente como IMA, siglas que hacen referencia a: “Independent rear suspension, Mid-mounted engine y All-wheel drive” (suspensión trasera independiente, motor en posición central y tracción total), se ha decidido mantener la suspensión trasera, aunque con una geometría completamente nueva, mientras que el motor, caja de cambios y transmisión son similares, pero adoptando una nueva disposición.
En total se han realizado casi 3.000 kilómetros de test entre distintas localizaciones entre las que se encuentran la pista de pruebas de Gauteng, así como un área privada en el norte de Upington, en el Kalahari. Más ligero, estable, rápido y con la misma fiabilidad. ¿Os imagináis que Toyota gana en un mismo año las 24 Horas de Le Mans, el Dakar y el WRC? Opciones tienen…