La NASCAR es otro mundo. Y no porque den vueltas y vueltas a un óvalo compitiendo con coches arcaicos y desprovistos de mucha tecnología que cualquier vehículo de serie equipa hoy en día, también por cómo enfocan las polémicas. Ya hablamos en alguna ocasión anterior de cómo era posible que la Fórmula 1 bajo dirección de Liberty Media trate de importar esos elementos de guión, pero no por conocer cómo funcionan las cosas allí deja de sorprender encontrarse con vídeos como el subido esta semana por el certamen de stock cars en su canal de YouTube.
En él Dale Earnhardt Jr., que en la última cita de 2017 en Homestead se despedirá de la competición tras 18 temporadas en la categoría reina de la NASCAR, admite que le «sorprendería que haya un solo piloto que no haya empujado a propósito a otro en algún momento de su carrera». Y sigue con una enumeración de los que le vienen a la mente, incluyendo el reconocimiento de que en una carrera de 1998 lo hizo simple y llanamente porque necesitaba una bandera amarilla para cambiar neumáticos. Es decir, una acción por la que en Europa se liaría una guerra.
La subida del vídeo por parte de la NASCAR no es casual, pues en la última carrera disputada de la Cup, en Martinsville, Denny Hamlin se cargó a Chase Elliott. El primero se disculpó posteriormente, pero el daño está hecho y dificilmente veremos luchar por el título a Elliott, una de las jóvenes promesas en las que la familia France confía para compensar la retirada de pesos pesados como Earnhardt Jr., Gordon, Stewart o Edwards.