No recordará con gran cariño Daniel Ricciardo su última etapa con Red Bull Racing. El australiano, completamente acosado por los abandonos y los problemas de fiabilidad también tendrá que afrontar una penalización en parrilla en la que será su penúltima carrera antes de realizar el desembarco en el equipo Renault Sport F1 Team. Ganador de dos Grandes Premios esta temporada, Ricciardo tendrá que afrontar el de Brasil con cinco puestos de sanción.
En esta ocasión vuelve estar condicionada por la necesidad de tener que estrenar un nuevo elemento de la unidad de potencia del RB14, concretamente el turbo, sexto que estrena en este 2018, e incurriendo por tanto en la penalización al superar los cinco permitidos por reglamento. Tras abandonar en el Circuito de Las Américas y en el Autódromo Hermanos Rodríguez, el piloto de la eterna sonrisa verá cómo debe salir al menos desde la tercera línea de parrilla, a la espera del resultado que consiga mañana en clasificación.
Precisamente la pista paulista es una de las que suele ver más cambios de posiciones en las tres primeras curvas, aprovechando la proximidad de la primera de ellas y lo estrecho de ese primer sector que suele penalizar y mucho los que peores arrancadas realizan. No es descartable que la penalización a Ricciardo pueda acumular más puestos de retraso en parrilla. En este caso sería incluso más desafortunado ya que desde Red Bull han confirmado que la rotura del turbo fue precisamente provocada por la actuación de los comisarios en el Gran Premio de México, los cuales utilizaron sus extintores para sofocar lo que parecía un conato de incendio debido a la humareda.
No podemos culparles, el coche estaba echando humo obviamente. Utilizaron los extintores y entró espuma por el escape. Al solidificarse en el turbo este quedó dañado.
