El reglamento técnico Clase 1 fue implementado en el DTM para que fuera compatible con el Super GT y así tener la posibilidad de observar los coches en ambos campeonatos. La idea sobre el papel lucía muy prometedora, inclusive se organizó la serie denominada Dream Race, donde alemanes y japoneses compartieron circuitos, pero al desencadenarse una situación muy complicada para el DTM, representantes de Toyota, Honda y Nissan manifestaron que no están dispuestos a acudir al rescate y menos en medio de una crisis financiera.
Si antes de hacerse pública la deserción de Audi, lo que dejaría a BMW como única marca participante en el 2021, los constructores japoneses expusieron sus razones para no involucrarse en el DTM, inclusive Jens Marquardt, director de BMW Motorsport, les concedió la razón puesto que correr eventos como la Dream Race no es igual a disputar una temporada. Además, la prioridad de los japoneses está en el campeonato de Japón y en otras categorías de mayor impacto comercial.
Honda no tiene interés porque su principal programa deportivo está asentado en la Fórmula 1 y además está dando muy buenos resultados, de allí que sea imposible pensar en asignar recursos para una incursión del NSX-GT en el DTM. En tal sentido, Hiroshi Shimizu, máximo representante de Honda en el Super GT, indicó que si bien están abiertos a competir en campeonatos de turismos, el trasladarse hasta Alemania es inviable porque es obvio que no tendrán presupuesto para involucrarse en tal aventura.
El caso Toyota es el más representativo del desinterés japonés en el DTM puesto que el constructor posee una fábrica en Colonia y en teoría sería más sencillo desarrollar y competir con el Supra GT, pero al analizar el presupuesto y la logística que se requiere para una temporada en el DTM, un mínimo de 50 millones de euros, prefieren mantener sus inversiones en el proyecto Hypercar del WEC y en el WRC. Además, el DTM no tiene un significativo número de seguidores en Japón como para considerar un programa paralelo con el Super GT.
En este punto, los constructores como Honda y Nissan sostienen que con un presupuesto de alrededor de 50 millones de euros preferirían enfocarse en la propuesta LMDh que les permitiría participar en los mejores eventos tanto del WEC como de la IMSA en una misma temporada en lugar de comprometerse con el DTM. En tal sentido, desde Nissan argumentan que su prioridad ahora mismo es ser competitivos en la Fórmula E y si bien poseen un gran coche como el GT-R, la situación interna de la compañía, y del Grupo Renault en general, es delicada en cuanto a la asignación de presupuesto para las carreras, por tal razón no se puede ir más allá del Super GT.
Si antes de evidenciarse la crisis en el DTM no existió mayor compromiso por parte de Japón, con el desastre financiero que ha generado el COVID-19 entre los constructores, es lógico entonces que manifiesten con total seguridad su indisposición de ir hasta Alemania, además el campeonato no ofrece seguridad a mediano y largo plazo porque no hay garantías de que BMW permanezca, una vez analizadas las deserciones de Audi, Aston Martin y Mercedes Benz.
En palabras de Jens Marquardt:
Se advierte que no quieren un compromiso [con el DTM] porque eso solamente es posible con un buen año de preparación. Puedes tener el coche, pero necesitas un equipo y debes tener una base de operaciones. Eso no es algo que puedas hacer en dos o tres meses y creer que estás listo.
Vía | Motorsport Total
Imagen | BMW Motorsport