El paseo habitual por Bakú ve de forma irónica una calle peatonal cortada parcialmente. No porque vaya a pasar ningún coche como sus homónimos de la Fórmula 1, sino para una simple limpieza de la acera. Dicha limpieza brilla por su ausencia en una maniobra tan pura como sucia en los pit stops. La mañana del sábado es el momento idóneo y asignado para que los equipos realicen sus prácticas delante del público, que aguarda impacientemente los constantes ensayos de los equipos. Las pistolas neumáticas y tuercas deben estar en el lugar oportuno para evitar disgustos en el pit lane durante la carrera.
Mientras Pierre Gasly, Christian Horner y Helmut Marko charlan delante del hospitality de Red Bull (esperemos que de poco futuro inmediato por el bien piloto francés), la carrera de Fórmula 2 se prepara y da comienzo. Es la locura habitual: tres Safety Cars, siete abandonos, multitud de choques y problemas generales y una gran cantidad de movimientos en la que el más listo es Jack Aitken. El inglés le da a Campos su primer triunfo en casi tres años, aprovechando en gran medida un error de ART en la parada de Nyck De Vries. Jordan King cerrará el podio de forma heroica frente a un tranquilo Nicholas Latifi que toma el liderato del campeonato.
Hay una pequeña pausa hasta la tercera sesión de entrenamientos libres, que tiene lugar a mediodía. Me emociono mentalmente pensando que podría ir al castillo, pero la zona está lejos y es de muy complicado acceso. En su lugar opto por ir en carrito por la avenida Neftchilar y llegar hasta la curva 16, ángulo de 90º donde empieza la larga recta. La curva no tiene mucho misterio y sin embargo presenta un piano difícil de afrontar, hecho que no sufren unos expertos pilotos de F1 cuyo entrenamiento transcurre sin incidencias. Coincido en el carrito con dos fotógrafos: José María Rubio en la ida y James Moy (fotógrafo oficial de Toyota en el WEC) en el de vuelta.
El previo a la qualy incluye un paseo con trabajo de por medio en el paddock de F2 y varias consultas a las redes sociales. La clasificación tiene lugar al atardecer, con un sol bajo, ambiente envidiable y mucha diversión esperable. Los accidentes de Robert Kubica y Charles Leclerc amenizan un evento que casi dura el doble de lo previsto y tiene la fortuna de ser el último evento del día y de esquivar la noche a pesar del tardío comienzo. El de Williams se come el muro de la curva 8, lugar dónde el monegasco sencillamente bloqueará su rueda de camino a la misma Tecpro cuando tenía opciones serias de obtener la pole position.
Dicha posición preferente es territorio de Mercedes con una sorpresa final, ya que un sector malo de Lewis Hamilton le da una ventana a Valtteri Bottas que el finlandés aprovecha con creces. Sebastian Vettel y Max Verstappen vuelven a ser los principales rivales del dúo de la Estrella Plateada, siendo Sergio Pérez y Daniil Kvyat los mejores del resto de la parrilla, la mal llamada Fórmula 1.5. La noche cae en menos de una hora y vuelve a iluminar las calles con sus farolas, banderas electrónicas de Azerbaiyán y demás decoraciones que son tan bonitas como horteras. Esperemos que el encanto de la ciudad del viento se guarde sus mejores cartas para el domingo.