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El Circuito de Mónaco y su 'otra vida' como tramo del Mundial de Rallyes

No suele se habitual ver a los pilotos del Mundial de Rallyes compitiendo con sus tradicionales monturas en algunos de los principales circuitos internacionales, sin embargo, en el pasado ya hemos sido testigos de cómo el campeonato intercontinental se ha dejado ver por pistas como Estoril o Silverstone, organizando en ellas superespeciales que en muchas ocasiones han servido para dar el pistoletazo de salida a los rallyes. Precisamente en un tramo disputado en el circuito luso, Carlos Sainz lograría en 1987 su primer scratch en su debut mundialista.

Sin embargo, no han sido los únicos ejemplos durante la historia del WRC en los que los coches de rallyes se han colado en algunos de los grandes templos entre las carreras de circuitos. Sin ir más lejos, este fin de semana la disciplina llega al Rallye de Monte-Carlo, sin duda una de las pruebas más icónicas de las que componen el calendario del Mundial. Allí, Mónaco ha sido protagonista en múltiples ocasiones e incluso ya es tradición que la salida protocolaria se realice justo en la plaza que se encuentra en el Casino del principado. Pero, ¿y si os dijéramos que parte del trazado del Gran Premio ha sido utilizado en el pasado para que los pilotos del Campeonato del Mundo de Rallyes compitan?

Obviamente en los inicios de la prueba, la cual celebra este año su 86ª edición, Mónaco jugó un papel protagonista en la carrera, haciendo no sólo las veces de show de inicio de rally o de asistencia, sino también acogiendo algunos recorridos en la zona de la piscina (mucho más amplia en la década de los cincuenta y sesenta al haber una distribución urbanística distinta) y slalom/gymkhanas que daban cierto espectáculo a los aficionados allí presentes.

Base de la prueba en sus inicios, Mónaco ha servido de superespecial para el WRC en las ediciones de 1997, 2007 y 2008

En la década de los noventa esto se llevó un paso más allá. La temporada de debut de los World Rally Cars tuvo también como noticia destacada el regreso del Rallye de Monte-Carlo a su calendario tras la ausencia del mismo en 1996. Se hizo una gran fiesta del motor en Mónaco para comenzar con una superespecial que actuara de reclamo a la “jet set” residente en el principado. Se pusieron guardarraíles, chicanes artificiales y se utilizó gran parte del recorrido del Circuito de Fórmula 1, pero finalmente la lluvia, compañera de viaje durante todo el día, deslució en parte el evento que fue dominado por Freddy Loix. Se volvería a disputar para cerrar la prueba, en este caso de noche y con Armin Scwarz como piloto más rápido.

El recorrido estaba formado por la misma pista que utilizan los monoplazas de Fórmula 1, tomando como punto de partida la recta que une la chicane del túnel con Tabac y llegando hasta Santa Devota. Es en ese punto donde los WRC tomaban otro camino. En lugar de subir hacia Beau Rivage y Massenet, tomaban la calle de la derecha, la misma que sirve de escapatoria a los Fórmula 1 en la frenada de la Nouvelle Chicane y en la que además se hace la ceremonia de salida de la Africa Eco Race. Básicamente se trata del mismo trazado que ha sido adoptado por la Fórmula E años después para el ePrix de Mónaco, pero adaptado cada uno a las características de la competición. Como curiosidad, sirvió como base real para uno de los tramos de la segunda edición del popular videojuego «SEGA Rally«.

Tardaríamos una década en volver a ver al Rallye de Monte-Carlo volver a la ciudad monegasca para competir en un tramo. Sería en la temporada 2007 y se repetiría un año más tarde, con los Sébastien Loeb, Mikko Hirvonen, Dani Sordo o Petter Solberg conquistando por un día lo que se considera territorio de Gran Premio. En ambas ocasiones se disputó como cierre del rally y sorprendentemente sería Chris Atkinson el encargado de sumar los dos scratchs, en el caso de la edición de 2008, empatado a tiempo con François Duval. Ya en 2016 se decidiría regresar para montar una especie de show previo en la zona de la piscina, en este caso sin ningún valor deportivo y únicamente con fines promocionales.

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Iván Fernández

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