Cuando el Alpine A424 debutó en el WEC, la planificación original contemplaba que al menos un prototipo francés basado en la plataforma LMDh compitiera en la clase GTP del Campeonato IMSA WeatherTech SportsCar, un paso lógico a no ser por ciertos detalles que están complicando el panorama. El primero es que las regulaciones de la IMSA estipulan que un fabricante debe garantizar la producción de al menos 2.500 coches comerciales al año, lo que no puede asegurar Alpine puesto que opera como una subsidiaria de Renault, por tal razón sus modelos son limitados.
Hace algunas semanas atrás, Bruno Famin, vicepresidente de Alpine Motorsport, declaró que era muy probable que el A424 estaría en la IMSA porque representaría un importante impulso publicitario para Alpine en los Estados Unidos, uno de los mercados comerciales más importantes del mundo. Pero el problema está en que Alpine no tiene concesionarios en Norteamérica y establecer una red de ventas y respaldo llevaría alrededor de dos años entre planificación y trabajo, así que, siendo optimistas, Alpine llegaría al continente americano para el 2027 con su división de carretera por delante.
Otro problema que deberá afrontar Alpine es que la estructura Signatech, su socio desde hace varios años, no va a desplazarse hasta los Estados Unidos, así que el fabricante francés deberá aliarse con un equipo local y las opciones son muy limitadas porque justamente Alpine no posee trayectoria en América y gestionar un proyecto LMDh no es tarea fácil debido al esfuerzo e inversión que se requiere y en tal sentido es harto conocido que Renault no es un fabricante que se caracteriza por inyectar gran cantidad de recursos en el deporte motor, inclusive su salida de la Fórmula 1 indica que no desea relacionar su nombre con las pistas.
Ahora Renault deberá relanzar su marca Alpine en la Fórmula 1 asociado a otro proveedor de motores, lo que constituye una contradicción, la cual está causando cierto malestar en sus socios tradicionales, situación que están observando varios dueños de equipos en la IMSA que prefieren esperar a ver que sucede más adelante en lugar de comprometerse con Alpine por el solo hecho de tener un LMDh fabricado, pero sin ningún respaldo en Estados Unidos.
En palabras de Bruno Famin:
No hay un plan real, hay una idea por el momento de competir en la IMSA, porque no es un secreto que a la marca Alpine le gustaría estar en el mercado americano. Por supuesto, una vez que la marca decida ir a Estados Unidos, será muy lógico tener un programa IMSA. Pero por el momento, es sólo una idea. La tenemos en mente y la estamos estudiando. Todavía no hay un proyecto concreto.
Vía Autosport