Del 22 al 24 de noviembre, en el circuito de Fuji, se ha programado la segunda confrontación entre el DTM y el Super GT. En primera instancia, Gerhard Berger, máximo representante del campeonato alemán, había contemplado enviar una delegación de entre seis y diez coches a Japón, pero solamente Audi y BMW aceptaron el reto, condicionados por la disponibilidad de sus pilotos oficiales, puesto que para esa fecha algunos firmaron compromisos con otras categorías.
Con mucha antelación, desde Aston Martin Racing indicaron que no enviarían una delegación a Fuji porque no se sienten preparados para tal compromiso. La temporada no ha resultado esperanzadora para el Vantage y además un viaje a Japón estaría por el orden de los 20 millones de dólares, cifra que prefieren invertir en el programa de 2020.
Se informó que Audi enviará cuatro RS5 DTM, incluyendo tres coches de fábrica, el otro será del equipo cliente WRT. En este caso, ni Nico Müller ni Robin Frijns viajarán a Japón porque estarán en Riad para disputar la primera fecha del calendario de Fórmula E. Por su parte, BMW participará con tres M4. Aquí el novato Sheldon van der Linde informó que no viajará porque correrá las 9 Horas de Kyalami del Intercontinental GT Challenge.
En contraste, para el próximo mes de octubre, el Super GT desembarcará en Hockenheim y allí estarán presente lo mejor de Honda, Lexus y Nissan, con Jenson Button como abanderado principal de la delegación japonesa, que también estará representada por Tsugio Matsuda, Ronnie Quintarelli, Nick Cassidy y Ryo Hirakawa.
Vía | Speedweek