Entramos en fin de semana de rally y tras la movida superespecial, en la que uno de los grandes favoritos ha dicho adiós a cualquier opción (Kris Meeke aparece actualmente en la general con 10 minutos perdidos), la mayoría de los ojos se centran en el esperadísimo duelo entre Thierry Neuville y Sébastien Ogier. Falta por ver el rendimiento de otros actores secundarios en la lucha por el título, especialmente por los Toyota, los cuales ya han conseguido dos victorias en un año en el que sólo tenían previsto luchar por los títulos.
Tras confirmarse la salida del equipo de Jarmo Lehtinen, el cual dejará su cargo de director deportivo tras el Rallye de Alemania, se llegó a rumorear que podrían llegar más cambios, el más importante, estaría relacionado con un cambio de sede del Toyota GAZOO Racing a una nueva en Estonia. Tommi Mäkinen no ha tardado mucho en salir a zanjar dichos rumores, el equipo seguirá teniendo su base principal en Puuppola, muy cerca de la ciudad universitaria de Jyväskylä y a casi dos horas y media por carretera de Helsinki, casi cuatro si hablamos de los camiones.
Estos problemas logísticos han sido contrarrestados hasta el momento gracias a una gran organización y a la creación de dos almacenes en colaboración con DHL en los aeropuertos de El Prat y el de Stuttgart. Los rumores, provenientes del periódico Ilta-Sanomat, apuntan a que el equipo podría abandonar la localidad natal de Mäkinen para buscar una nueva localización cerca del Mar Báltico que lo acercara al resto de formaciones.
El plan por ahora sigue siendo el de que los coches regresen a Finlandia después de cada carrera, donde se mantendrá la preparación, reparación y evolución del Yaris WRC, mientras que los coches de reconocimientos, camiones y partes del hospitality sí ‘descansarían’ entre prueba y prueba europeas en unas nuevas instalaciones en Estonia. Mantener el equipo tan alejado de Helsinki también tiene cosas positivas, como mantenerse alejado de miradas indiscretas o disfrutar de algunas pistas de pruebas perfectas para desarrollar el coche de cara a rallyes rápidos sobre tierra.
