El mundo está de acuerdo en que el deporte en general y el automovilismo en particular deberían ser minas de oro de emociones, de momentos espectaculares y de aquellas situaciones que vale la pena revivir una y otra vez. El Super GT tiene la virtud de ser una de las competiciones del mundo del motor más visuales pero también con mayor espectacularidad y no es inusual ver finales apretados en cada carrera. Pero si hay un circuito famoso por traer grandes carreras año tras año, este es sin duda Sugo, que hoy mostró su mejor cara con uno de los mejores finales del campeonato en mucho tiempo con una batalla a cara de perro por la victoria entre Lexus y Nissan.
La carrera ya había vivido de todo con varios coches de seguridad, la presencia -y la posterior ausencia- de la lluvia y algún accidente inesperado pero al llegar a las últimas vueltas, solo dos equipos se mantenían con opciones de llevarse la victoria en la cuarta carrera de la temporada. En cabeza se encontraba Kohei Hirate con el Lexus LC500 del equipo Sard que se llevó el título el año pasado y que el japonés comparte con Heikki Kovalainen. Por detrás, el veterano Satoshi Motoyama hacía valer su experiencia para alcanzar al líder en el Nissan GT-R GT500 del equipo MOLA que comparte con el popular Katsumasa Chiyo. La batalla entre Hirate y Motoyama prometía emociones fuertes pero nadie esperaba lo que iba a suceder.
Aprovechando la presencia de los doblados en un circuito pequeño y estrecho como es Sugo, Motoyama logró alcanzar a Hirate a tiempo de efectuar su ataque en el último giro, algo que intentó en la primera curva sin éxito. El experimentado piloto de Nissan parecía perder un par de décimas que le dejaban sin posibilidad de pelear pero en la antepenúltima curva los dos líderes se salían de pista por la presencia de una inesperada lluvia que les pilló a ambos por sorpresa. La vuelta al asfalto les vio acelerar mientras buscaban tracción, con las ruedas traseras patinando, contacto entre ambos y… claro está, un ganador y un perdedor. Además y como bonito epílogo, ambos se felicitaron con amplias sonrisas tras la carrera, dando no solo una demostración de espectáculo sino también de deportividad.
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