Hace pocos días se mencionó la intención de que Scuderia Corsa se traslade a la clase GTLM de la IMSA el año que viene debido a que tras la salida de Porsche apenas quedarían cuatro coches en la división. Pero ahora también se asoma la posibilidad de que BMW Motorsport retire el apoyo de fábrica al equipo RLL para la temporada completa y solamente participe con sus dos M8 GTE en Daytona, Sebring, Road Atlanta y Petit Le Mans.
Lo cierto es que luego del anuncio de que Jens Marquart dejará la jefatura de BMW Motorsport se esperan otros que den luces acerca del próximo programa de fábrica del constructor alemán. Esta incertidumbre mantiene en zozobra al equipo Rahal Letterman Lanigan Racing porque de la decisión de su actual socio depende su participación en el Campeonato IMSA WeatherTech SportsCar. Se espera que tan pronto como en el mes de diciembre se despejen muchas dudas.
La clase GT Le Mans se ha vuelto un quebradero de cabeza para los organizadores del campeonato porque solamente Corvette Racing ha establecido un compromiso a largo plazo. La salida de Porsche ha representado un fuerte revés para la categoría porque previamente también había desertado Ford, así que el interés por la división ha perdido aliciente. En contraste, la clase GTD goza de muy buena salud, situación que pudiese influir en alguna decisión con respecto a unificar criterios.
Las opciones de conceder espacios a iniciativas privadas en la clase GTLM el año que viene está en el ambiente y también implementar una nueva estructura en cuanto a las divisiones a partir del 2022. La alternativa de sustituir la clase GTLM por una clase GTD de mayor nivel también está sobre la mesa, tan solo faltaría que los fabricantes se involucren directamente en la atención hacia los modelos GT3 que venden a sus clientes. Justamente allí es donde puede entrar con mucha fuerza el nuevo BMW M4 GT3.
Bajo este panorama, parece que de BMW motorsport depende el porvenir de la clase GTLM.
Vía | Racer