Dos victorias en las tres últimas carreras y la primera pole en Hungaroring. La asociación Max Verstappen, Red Bull y Honda estaba enrachada y cuando vimos a Valtteri Bottas fallar en la salida del GP de Hungría muchos pensamos que ésta no se les escaparía. Pero fallamos. Lewis Hamilton y Mercedes mostraron por un lado un ritmo espectacular cuando pudieron rodar con pista limpia y además enmendaron un primer derrape estratégico con una inesperada segunda parada que les abrió las puertas del triunfo este domingo.
Las dudas que pudiera haber sobre la tracción del Red Bull-Honda a raíz de los problemas de Verstappen y Gasly en Alemania quedaron despejadas con una maravillosa arrancada del neerlandés, que vio cómo encima los Mercedes peleaban entre ellos, llevándose el gato al agua Lewis Hamilton tras rodar en paralelo con su compañero de equipo, que bloqueó, y rozarse en la curva tres. Al finlandés no le bastó con ello y le alcanzó Charles Leclerc, quien en una maniobra de nuevo dura del monegasco lo ahogó, dañó el alerón delantero del Mercedes y se hizo con el cuarto puesto.
La carrera del finlandés jamás remontó el vuelo, pues ese alerón dañado abrió la puerta a Sebastian Vettel y el equipo decidió mantenerle algunas vueltas más en pista para asegurar el tiro e intentar ir a una parada. Pero lo cierto es que Bottas mostró un ritmo discretísimo y los problemas habituales en tráfico. Si su ingeniero de pista le comentó que podía llegar al sexto puesto (ya indicativo de la escasa confianza del equipo en que superara a Sainz o Gasly), el todavía segundo clasificado del Mundial sólo alcanzó el octavo puesto final, encajonado durante buena parte de la prueba tras Lando Norris. Una mala carrera probablemente en el peor momento de cara a su renovación. Del Mundial ni hablamos.
La peor noticia para Bottas es que no se podrá esconder en un deficiente rendimiento de Mercedes. Lewis Hamilton acosó en todo momento a Max Verstappen y mostró una gestión de neumáticos mejor que la de Red Bull. El hecho de que el equipo de Milton Keynes arriesgara adelantando su primera parada pese a que caería en tráfico no evitó que se mantuviera en cabeza, optando Mercedes por alargar el primer relevo de Hamilton y dejar el ataque para más tarde. Pero una vez quedó patente que el puñado de vueltas de ventaja de neumáticos era insuficiente ante la velocidad más o menos pareja del Red Bull y el Mercedes en esta pista, los hombres de Toto Wolff sorprendieron con una segunda parada que se mostró clave.
En realidad en el momento de esa segunda parada la sensación fue que Mercedes tiraba la carrera. Ni Lewis Hamilton pareció entender la jugada, debiendo remontar veinte segundos y adelantar a su rival directo en pista. Por ritmo puro y duro incluso parecía demasiado complicado llegar con opciones de tener alguna oportunidad de adelantamiento, pues los números apuntaban a alcanzar a Max Verstappen en la última vuelta. Pero el niño prodigio pronto empezó a encontrarse con los mismos problemas de adherencia que en su primer relevo, que fueron a más y convirtieron sus tiempos en erráticos. Así, Hamilton terminó adelantándole fácil incluso con tres vueltas de margen para hacerse con el triunfo. Esta vez la estrategia osada no vino de Red Bull, sino de Mercedes. Cuando no eres favorito siempre es más sencillo salir al ataque.
Los dos hombres que se libraron la victoria estuvieron en su propio mundo. Ferrari sólo apareció en pantalla cuando sus pilotos se disputaron el tercer escalón del podio, en una lucha que se adjudicó Sebastian Vettel con una bonita maniobra sobre Charles Leclerc en la recta final de la carrera. El minuto encajado duele y por mucho que Hungría no se ajustara a las características de su monoplaza, existen dudas razonables sobre si volveremos a ver en forma a la Scuderia esta temporada.
No se le vio y con razón se quejó, pero Carlos Sainz estuvo magistral en Hungría. La ventaja de neumáticos sobre Gasly permitió a los dos McLaren superar al galo en la salida y el madrileño se encargó de amargar la tarde a quien Red Bull prefirió a la larga para ocupar el segundo volante en su equipo. Más allá de la prestación individual, en las últimas carreras McLaren ha logrado cimentar una ventaja sólida en la clasificación de Constructores, donde dobla en puntos a Toro Rosso y Renault, que no ve la luz y se fue de vacío. Y aunque no estuvo a la altura de Sainz, hay que recordar que Norris se vio perjudicado por una mala parada, que explica su noveno puesto tras el español, Gasly, Räikkönen (de nuevo sacando petróleo para Alfa Romeo) y Bottas. Completó la zona de puntos Alex Albon, que se repuso de un caliente duelo con su compañero Daniil Kvyat en el inicio de carrera.
Fuera de los puntos merece una mención especial George Russell. Tras el duro golpe de ver cómo en Alemania Robert Kubica rascaba un punto, poco representativo de lo que viene siendo la temporada de Williams, el británico estuvo radiante en Hungría. Clasificó bien, dio una tunda a su compañero tanto a una vuelta como en ritmo de carrera y acabó 16º, por delante de Stroll y Giovinazzi. Empieza a ser un serio candidato para Mercedes, pues por mucho que se hable de Ocon… Cuando pasas un año fuera de la pista corres estos riesgos.
Foto | Daimler