El mundo de la competición, al igual que la vida, está repleto de ‘casis’ de cosas que pudieron pasar pero que finalmente nunca llegaron a ocurrir. En los últimos meses hemos sido testigos de maquetas, incluso de mulas de pruebas, de vehículos que finalmente nunca llegarán a competir. No son casos aislados. Hoy hemos podido conocer que el Ford GT que actualmente se encuentra compitiendo en la categoría GTE, no fue la primera opción de los de Detroit.
Y es que a pesar de que parece lógico que el nuevo superdeportivo de la firma norteamericana tuviera una versión de competición capaz de pelear con los Corvette, Ferrari o Porsche 911 (especialmente después de cumplirse medio siglo de su victoria en las 24 Horas de Le Mans), la marca del ovalo tenía otros planes. Concretamente era el Mustang el que estaba destinado a competir en resistencia.
Se comenzó con el diseño, se estudiaron todas las modificaciones aerodinámicas y se bocetó las exenciones técnicas que deberían permitir FIA y ACO para su competición. Finalmente, en Ford decidieron que no era la mejor opción. Nacía entonces lo que se conoció como el proyecto ‘Phoenix’, lo que finalmente desembocó en la participación del Ford GT en el Mundial de Resistencia y que sustituyó a ‘Silver’, lo que hubiera sido el Ford Mustang GTE.
Sólo unos meses después de la participación del Ford GT en Le Mans, la marca estadounidense presentaba su Mustang GT4, posiblemente aprovechando algunas de esas ideas que se pusieron sobre la mesa en las fases iniciales del ‘Road to Le Sarthe’ de Ford.
Vía | Autoblog