Jay Frye, director de operaciones, competencia y asuntos técnicos de la IndyCar Series, aclaró que los cambios aerodinámicos previstos para 2018 no están orientados a la búsqueda de nuevos registros de velocidad, por tal razón indicó que será muy difícil volver a observar récords como el de Arie Luyendyk en Indianápolis, en el año 1996, cuando fue capaz de llevar a su Reynard-Ford Cosworth hasta las 237,498 mph y mantener durante cuatro vueltas un promedio de 236,986 mph. Por las palabras de Frye, es de suponer que el nuevo aerokit universal no será muy agresivo.
Para Frye, el futuro de la IndyCar en los próximos años se plantea desde el punto de vista de la dinámica de las carreras y de la seguridad, de allí que no le ve sentido obsesionarse con épocas pasadas ya que la tecnología y los motores son distintos a los utilizados cuando se efectuaron aquellos registros de velocidad. Así que se deben considerar afortunados los espectadores que pudieron observar a pilotos y monoplazas correr a 370 kph porque difícilmente vuelvan a ver semejante espectáculo.
La velocidad está en nuestro ADN, pero el coche y el aerokit universal de 2018 no será una mirada hacia atrás. Tenemos que seguir adelante, así que el objetivo es avanzar desde donde estamos. Probablemente no veamos en los próximos años velocidades asombrosas, pero al final del día esperamos que el producto final y más importante, que son las carreras, sean muy entretenidas.
Vía | Motorsport