En la última reunión del Consejo Mundial del Motor se emitió una Directiva Técnica en el cual se establece un plazo límite, el Gran Premio de Francia, para que las escuderías afectadas por la oscilación vertical erradiquen tal problema, de no ser así no podrán competir, tal como se les advirtió a los equipos antes del Gran Premio de Canadá. Según el comunicado, la FIA ha pasado a la siguiente fase de su plan para erradicar el conocido efecto marsopa.
Aunque en teoría la resolución del problema corresponde a cada equipo, la FIA decidió intervenir tras observar algunos pilotos, entre ellos Daniel Ricciardo, Lewis Hamilton y Pierre Gasly, visiblemente adoloridos tras el Gran Premio de Azerbaiyán. Ahora, en vísperas del Gran Premio de Gran Bretaña, personal de la FIA analizará cuáles monoplazas rebotan con más frecuencia y con mayor intensidad, la conclusión se determinará a través de una fórmula métrica.
También se evaluarán parámetros relacionados con el desgaste de la tabla y la rigidez del patín inferior, elementos relacionados con la problemática. Se entiende que los afectados no quieren elevar el monoplaza porque ello significaría comprometer la aerodinámica, tal como han señalado desde Mercedes, pero de no revertir el efecto marsopa antes de lo previsto se arriesgan a ser descalificados. Se espera entonces que en Francia se implemente una métrica que permita advertir si el porpoising ha sido eliminado.