Se lo pasó muy bien, sin duda. El pasado domingo, además de un espectacular final del Rallye Monte-Carlo, también pudimos ver a Carlos Sainz Jr. hacer sus primeros pinitos dentro de la órbita del WRC. El hijo del bicampeón del Mundo de Rallyes contó con un copiloto de la experiencia de Rodrigo Sanjuán para afrontar los 13,58 kilómetros de la especial que unía Cabanette y el Col de Braus, tramo con el que se cerraría es primera cita del calendario 2018. Un terreno muy distinto al que está acostumbrado el piloto de Fórmula 1, una montura prácticamente desconocida, el Renault Mégane R.S y unas condiciones meteorológicas que en poco se parecen a las que debe afrontar cuando se sienta en su monoplaza.
Aun así, Carlos Sainz consiguió completar el recorrido con una gran sonrisa. El madrileño ya ha dejado entrever en recientes entrevistas que está dispuesto a disputar algún rally cuando su carrera deportiva esté más avanzada e incluso, que el Rally Dakar es uno de los retos que tiene en su cabeza, convirtiéndose en uno de los pocos pilotos de Fórmula 1 que se han atrevido a enfrentarse a la carrera más dura del planeta tal y como ha demostrado en la pasada edición.
Equipado con neumáticos de nieve con clavos a pesar de que prácticamente el recorrido se encontraba en su totalidad seco, Sainz afrontó las horquillas del Col de Braus tentado por el freno de mano, elemento al que sin duda le ha dado alguna alegría con el Mitsubishi Lancer Evo IX que tienen en propiedad la familia. ¿Cuál será la próxima ocasión en la que veamos a Sainz Jr. al volante de un coche de rallyes propiamente dicho? Seguro que no tardaremos demasiado en averiguarlo.
Esto fue muy especial. He soñado con hacer esto muchas veces en mi vida y ahora gracias a Renault se ha hecho realidad. Siempre quise hacer un rally con un copiloto, notas y un buen ritmo, y me encantó. El coche estuvo realmente muy bien. Tenía diferentes modos de conducir que estaba probando para estar completamente cómodo. La dirección era muy precisa y la suspensión era rígida para las secciones tortuosas, así que realmente lo he disfrutado mucho. Fue una experiencia fantástica, bastante resbaladiza en algunos lugares para ofrecer la experiencia completa de Monte-Carlo. Mi padre me dijo que lo tomara con cuidado, pero me divertí mucho. Gracias a todos por la oportunidad.
