Sería muy fácil abrir una nueva crónica de Fórmula 1 hablando de cómo Ferrari ha perdido una nueva oportunidad, lamentando sus problemas de fiabilidad o loando una carrera impecable de Lewis Hamilton. Sin embargo lo que de verdad resalta de las dos últimas carreras es comprobar que Red Bull vuelve a estar ahí, en la pomada. Ya no es un simple estorbo si la carrera sale torcida, sino que puede luchar de tú a tú a partir del conocimiento perfecto de sus propias debilidades.
Quienes sigan la Fórmula 1 a través de canales ingleses sabrá que no es nada raro escuchar a Christian Horner hablar para Sky o Channel 4 en directo. Y el jefe de equipo de Red Bull Racing fue preclaro el sábado. Saben que no pueden optar a las poles dado que Renault no ha dado con ese extra que sí tienen Mercedes y Ferrari a una vuelta. Saben que con temperaturas bajas no pueden hacer tanto daño a Mercedes, algo que ya le ocurría a Ferrari de hecho. Pero con sol y a múltiples vueltas están para algo más que hacer simples cosquillas a los grandes dominadores del Mundial.
Está claro en el cuerpo a cuerpo van a sufrir y pese a que Max Verstappen pasó pronto a perseguir a Lewis Hamilton ante los problemas de motor de Sebastian Vettel (ojo al respeto que se tuvieron los Red Bull) siempre pareció complicado que el neerlandés adelantara en pista ante su falta de velocidad punta. Personalmente me quedaré con la duda de qué hubiera ocurrido si Red Bull hubiera empleado de peón a Daniel Ricciardo quedándose en pista para bloquear a Lewis Hamilton, tal y como hizo Valtteri Bottas. Pero es rodando cerca del líder como pasan cosas y como Mercedes termina fallando.
Cierto es que Mercedes se podía permitir con mayor holgura utilizar a Bottas para proteger los intereses de su jefe de filas. El finlandés quedó descolgado en el complicado inicio de carrera y con una estrategia de neumáticos agresiva pudo optar al podio, si bien el Virtual Safety Car final por el pinchazo de Lance Stroll frenó el posible ataque a Daniel Ricciardo. La situación también complicó el final de carrera en cabeza y en la lucha por los puntos. Lewis Hamilton alcanzó a Felipe Massa y Fernando Alonso cuando de forma inesperada luchaban por el último punto en juego gracias al deficiente rendimiento de Williams en esta pista y el toque del brasileño con Kevin Magnussen en el adelantamiento de la carrera.
Y tanto Fernando Alonso primero como Felipe Massa más tarde entorpecieron a los líderes, siendo el español el más castigado por los comisarios: dos puntos en su Superlicencia. Nada que objetar pues efectivamente Fernando Alonso entorpeció la lucha por la victoria. Pero tampoco podemos pedir milagros en una pista estrecha como Suzuka en la que además el primer sector deja poco sitio para dejar pasar. Podrás estar más o menos de acuerdo con la teoría de que poco cambiaron Massa y Alonso en el devenir de la carrera, pero un doblado no puede tampoco desaparecer. Por cierto, tanto Massa como Alonso superaron holgadamente a sus jóvenes compañeros de equipo, si bien sería conveniente puntualizar que a Stoffel Vandoorne le penalizó una excursión en la salida y una estrategia cuestionable al tratar de aprovechar McLaren un Virtual Safety Car.
Kimi Räikkönen aportó la dosis de entretenimiento y adelantamientos a esta carrera, si bien su situación con Sebastian Vettel fuera de carrera por el problema con una bujía no dejaba de ser residual. Para la anécdota queda ése corte de radio del equipo dándole permiso para empujar cuando ya rodaba en tierra de nadie. El finlandés de Ferrari alcanzó el quinto puesto, por delante de los Force India de Esteban Ocon y Sergio Pérez, que respetó la decisión del equipo de no permitir lucha entre ellos. Mucho más combate plantaron los Haas de Kevin Magnussen y Romain Grosjean, que una vez se deshicieron de Felipe Massa disfrutaron de tranquilidad hasta alcanzar el octavo y noveno puesto respectivamente.
Más interesante podía haber sido esa lucha de haber aguantado el Renault de Nico Hülkenberg. Tras una estrategia francamente mejorable el alemán se encontró tras Massa, Magnussen y Grosjean con goma más fresca. Pero no hubo opción ni de verle pelear en pista al quedarse atascado su DRS abierto, lo cual le abocó al abandono. En su última carrera con Renault su compañero Jolyon Palmer se hizo con el 12º puesto, por delante de un Pierre Gasly que tiró por la ventana sus opciones de puntos con un plano y un cambio de neumáticos improvisado. Al menos no acabó contra las barreras como Carlos Sainz, un triste final para su trayectoria en Toro Rosso.
El Gran Premio de Japón nos deja un Mundial sentenciado, con Lewis Hamilton pudiendo incluso hacerse con el título en Austin. Improbable, pero qué más da, a estas alturas queda claro que poco o nada se resolverá en Yas Marina y sólo nos queda disfrutar carrera a carrera.
Foto | Red Bull Content Pool