Aunque Daniel Scioli, Ministro de Turismo argentino, y César Carman, presidente de la Federación Argentina de Automóviles, han sostenido conversaciones con Stefano Domenicali, CEO de la Fórmula 1, para un posible retorno de la Fórmula 1 a la nación sudamericana, ante la propuesta han surgido varios inconvenientes siendo el más problemático reunir los recursos financieros para acondicionar el Autódromo Oscar y Juan Gálvez ubicado en Buenos Aires, dinero que debería provenir de capitales privados debido a que las políticas de Javier Milei, actual presidente de Argentina, se inclinan hacia la austeridad.
Scioli y sus asesores lanzaron la propuesta del retorno de la Fórmula 1 a Argentina tras el impacto causado por la presencia de Franco Colapinto en la categoría. El piloto de 21 años ha despertado mucho interés tanto en el público como en los patrocinadores debido a su desempeño tanto dentro como fuera de los circuitos. Sin embargo, todavía no está asegurada su presencia en la parrilla de 2025 y tal incógnita también representa un problema para la iniciativa argentina de organizar un gran premio. Sin la visibilidad de Colapinto se pausarían casi todos los proyectos relacionados con la Fórmula 1.
Y es que el calendario está limitado a 24 fechas y para que Argentina retorne tendría que presentar una oferta muy interesante y además ofrecer mayores garantías de éxito que otros interesados, tales como Tailandia, Corea del Sur y Ruanda. Además, la Fórmula 1 organiza seis grandes premios en América, de allí que en aras de expandir a la categoría se consideren sedes en Asia y África. Así que el anuncio del retorno de la Fórmula 1 a Argentina resultó muy prematuro puesto que ni siquiera se hizo un cálculo de lo que se requiere para actualizar el circuito de Buenos Aires, cuyas instalaciones se quedaron en la década de los noventa, a los estándares que exige la FIA para organizar un Gran Premio de Fórmula 1.
Vía Autosport