Esta temporada, la escudería Ferrari, con Mattia Binotto ahora como jefe, presentó su nuevo monoplaza con una pintura de acabado mate que ha generado múltiples reacciones ya que a través de las pantallas no se percibe el rojo escarlata que en las últimas décadas identificó a Ferrari sino una tonalidad inclinada hacia un rojo ladrillo. El aligerar los coches quitando el peso de la pintura es una práctica tan antigua que tiene su más famoso antecedente en 1934, cuando Alfred Neubauer, jefe de la escudería Mercedes, quitó el color blanco a sus W25. Según Gary Andreson, ex director técnico en la Fórmula 1, Ferrari rebajó aproximadamente tres kilos con este cambio en su pintura.
Explicó Anderson que las pinturas con acabado brillante pesan más, algo que comprendió hace algunos años cuando fue director técnico de Jordan Grand Prix. En aquella época los monoplazas fueron pintados con un amarillo brillante que se tradujo en unos siete kilos adicionales, así que debían buscar alternativas para quitar peso en otro lado, como reducir milímetros a todos los tornillos o piezas metálicas.
La pintura en tono mate la introdujo Red Bull Racing en su RB12 de 2016 y desde entonces la escudería austriaca la ha mantenido, así que esa propuesta aprobada por Adrian Newey debe ser eficiente. Esta temporada Ferrari imitará el tono mate para ser más ligeros y hasta ahora todo parece prometedor, aunque parezca que han sacrificado su tradicional rojo.
En palabras de Gary Anderson:
Ferrari ha disminuido el peso de su coche puesto que el acabado de su pintura es opaco. En el pasado, el color brillante añadía unos siete kilos, eso es mucho. Este año, el Racing Point es muy bonito a la vista, pero necesita mucha pintura rosa y azul, todo ese peso adicional influye de forma negativa en el rendimiento.
Vía | Motorsport Total
