Explicó Masaaki Bandoh, jefe del Super GT, que es hora de meditar alternativas para la serie cuando llegue el final de la Clase 1 porque se adoptó para asociarse al DTM y resulta que la categoría alemana no solamente cambió su reglamento técnico a GT3 sino que también fue adquirida por otra organización, pasando de ITR a ADAC. Mantener el concepto Clase 1 más allá de lo estipulado sería ilógico, los motores turbo cuatro cilindros de dos litros y 608 caballos precipitó el final del DTM y en Japón han visto que ningún otro fabricante ha demostrado interés en ingresar al Super GT, clase GT500, mientras se mantenga vigente esa normativa.
Bandoh explicó que los involucrados en la organización del Super GT pensaron que la Clase 1 tendría un mayor éxito y resulta que no fue así. Sin embargo, han mantenido activo el lote de motores desarrollados por Toyota, Honda y Nissan por consideración a la inversión realizada, pero es necesario inclinarse a otras opciones porque los mercados comerciales y el deporte motor se dirigen en otra dirección. El tema de la economía, energías alternativas y la protección del medio ambiente progresan en varias direcciones, en tanto el Super GT permanecer un tanto aislado de lo que acontece.
También asomó la posibilidad de retomar las conversaciones para fusionar al DTM con el Super GT, en tal sentido se reunió el pasado mes de febrero en Alemania con Thomas Voss, presidente de ADAC Motorsport, y allí trató el tema, aunque es obvia la incompatibilidad de las reglas Clase 1 y GT3. En Japón deben respetar los acuerdos legales en lo que respecta a la Clase 1 aunque ITR ya no esté junto al DTM y desde ADAC también reine la incertidumbre del producto que van a comercializar a partir de este año. ADAC asumió la propiedad del DTM y sus proyectos, incluyendo el desarrollo de una clase eléctrica, pero nada se sabe sobre el acuerdo entre el DTM con el Super GT.
Comprende Bandoh que el abandono tanto de Audi como de BMW representó el final para el DTM con regulación Clase 1, ambos fabricantes argumentaron que era insostenible competir con coches que estaban más próximos a unos prototipos que a unos turismos de venta al público. Espera entonces que cerca de 2030 el Super GT cambie totalmente y se refiere a quizás buscar la forma de concebir una categoría basada en GT3 pero un escalón más arriba en lo que se refiere a tecnología, sin que ello signifique elevar costos de manera exagerada. Se espera que los próximos pasos, para implementar a mediano y largo plazo, sean establecer el combustible y su incidencia en la reducción de emisiones de dióxido de carbono, el uso de un sistema híbrido y el sonido de la nueva generación de motores ya que debe ser del agrado del público.
En palabras de Masaaki Bandoh:
Hemos tomado la Clase 1 por la idea del ITR para operar en conjunto, pero luego desaparecieron y entonces nuestro GT500 se quedó solamente con ese reglamento. No creo que en la situación actual un fabricante local o extranjero construya un GT500, así que pensamos en una clase parecida al GT3 pero con nuestras propias reglas en lo que respecta a protección del medio ambiente, seguridad y más.
Vía Motorsport Total
