No es la primera vez que vemos en las Bajas norteamericanas incidentes con los espectadores y previsiblemente no será la última. En este caso no solo se producen con los miles de aficionados que se agolpan en las cunetas para ver el paso de los Trophy Trucks, buggies o motos, sino también con los en ocasiones inconscientes que deciden circular con sus propios vehículos en la sección perteneciente al recorrido de competición. Ya en el pasado hemos visto ejemplos con algunos de los pilotos de primer nivel que compiten en esta disciplina dentro del off-road, especialmente tras los desgraciados hechos acontecidos en la Baja 500 de 2015. Hoy nos vuelven a ocupar las continúas brechas en la seguridad que se producen.
La edición de 2018 de la Baja 1000 iba a contar con un cameo muy especial proveniente de los circuitos, concretamente de las IndyCar Series. Alexander Rossi, ganador de las 500 Millas de Indianápolis y ex-piloto de Fórmula 1, iba a competir al volante precisamente del Honda Ridgeline que os presentábamos hace poco más de tres años. El estadounidense afrontaba los 1.300 kilómetros de recorrido con la intención de probar una especialidad completamente nueva en el siempre exigente enclave de Ensenada.
Después de realizar algunos test específicos, el piloto oficial de Honda Performance Development (HPD) salía a sacudirse la inactividad después de que el campeonato IndyCar terminara hace ya algunas semanas, con Rossi como subcampeón tras su duelo con Scott Dixon. Sin embargo, pronto le entraría el miedo en el cuerpo al comprobar que la seguridad de las pistas polvorientas de la Baja California no se aproximaba en nada a la de los circuitos ovales de la Indy.
En una sección muy rápida en Ojos Negros, en la que los Trophy Trucks llegaban a alzar el vuelo con la presencia de numerosos rasantes, Rossi se encontraría con un SUV justo tras un salto, con la suficiente fortuna para que las ruedas de la derecha simplemente terminaran acariciando el lateral izquierdo del vehículo ajeno a la carrera, esquivando por centímetros el accidente frontal y además evitando el vuelco del propio Trophy Truck. Solo el retrovisor del Jeep Grand Cherokee saldría mal parado, más bien completamente desintegrado antes de que el conductor prosiguiera lastimosamente su marcha en una acción que no tien lógica alguna cuando sabes que precisamente hay una competición automovilística desarrollándose por esos mismos caminos, hecho que también nos recuerda el incidente ocurrido el pasado viernes con Andreas Mikkelsen en el Rally de Australia.
Still a long way to go for my @HondaOffRoadHPD boys. But until then…here’s my #ohshit moment of the day. #lol
🎥 and #rightplacerighttime x @k_whyle pic.twitter.com/CjBIR4iCCs— Alexander Rossi (@AlexanderRossi) November 17, 2018