Se encendieron las alarmas. El Mundial de Rallyes se quedaba sin su particular armada roja después de que Citroën Racing anunciara su marcha a mediados de la pasada semana. Poco importó que fuera el año de su centenario, que acabaran de sumar su 102ª victoria en la historia del WRC y que contaran todavía con sus pilotos en contrato. De esta forma, el WRC pasaba de esa sensación de equilibrio a perder uno de sus fabricantes de pleno derecho, quedándose con dos muy distanciados del tercer equipo, M-Sport, el cual no cuenta todavía con apoyo pleno de Ford.
En ese momento la FIA tuvo que activar sus mecanismos de emergencia. Preguntado por la prensa finlandesa, Timo Rautiainen, vicepresidente de la Comisión de Rallyes de la FIA, aseguró que no estaban preparados para la marcha de la firma de los dos chevrones. Lo cierto es que pilló a prácticamente todo el mundo con el pie cambiado, especialmente después de que el anuncio se produjera apenas cinco días más tarde desde que Jean-Marc Finot, responsable de PSA Motorsport, apuntara que era a partir de 2022 cuando Citroën Racing no estaría presente.
El propio Rautiainen ponía sobre la mesa alguna de las propuestas que barajaba la Federación para el futuro, comenzando con abrir la puerta a más equipos privados aprovechando a que ahora las unidades de Citroën quedarían libres y que la estructura francesa no quiere relegarlas al museo directamente. Sin embargo, ha quedado patente que pocos son los pilotos que se pueden permitir el competir con los coches actuales debido a los altos costes.
Desde 2017 que entró la reglamentación, apenas Lorenzo Bertelli, Jourdan Serderidis, Armin Kremer, Bryan Bouffier, Janne Tuohino, Mads Ostberg y Marcus Grönholm se han dejado ver con vehículos privados, así como las inscripciones por parte de Hayden Paddon, Pontus Tidemand, Juho Hänninen o el propio Takamoto Katsuta con relación directa respecto a los equipos oficiales. La solución está ahí, pero no deja de ser un parche que puede que no solucione nada en las próximas dos temporadas y que a buen seguro no tendrá incidencia positiva si finalmente se decide llevar adelante la reglamentación de los World Rally Car híbridos a partir de 2022.
El WRC se guarda la opción de que los R5 sean los nuevos reyes:
Rautiainen reconocía que las reglas para la próxima generación todavía se encuentran abiertas, por lo que si finalmente no hay cuórum y los elementos suficientes para llevar adelante la idea de los WRC-H, se puede optar por otra solución que atraiga más a los fabricantes, incluso con la solución extrema de que los R5 pasen a ser la categoría reina, algo similar a lo que se planteó cuando Porsche anunció su marcha del WEC y se planteó que los GTE pasaran a ser la principal categoría.
Si el WRC en su forma actual o futura se desvanece, entonces ya tenemos otra opción, es decir, una serie más pequeña para coches más baratos. Si un equipo tras otro sale, entonces tenemos WRC2. Entonces se convertiría en la Serie Mundial. No es una mala idea hacer algo más barato. Por otro lado, el cambio más reciente se realizó debido al deseo de coches más impresionantes y agresivos – Timo Rautiainen
Las palabras de Yves Matton al medio Motorsport News también apuntan hacia el mismo camino, aunque aquí el responsable de los rallyes para la FIA deja entrever que la opción R5 (o una suerte de vehículos vitaminados con esta base y filosofía) se ha puesto sobre la mesa y los fabricantes la han descartado. El reglamento definitivo para 2022 con los coches híbridos se conocerá en la reunión del Consejo Mundial del Motor la próxima semana y los equipos tendrán de margen hasta finales de abril para comprometerse:
Lo que tenemos que hacer es trabajar para mantener el coste al mismo nivel: no es posible llevar híbrido y reducir el costo. La única forma de reducir los costes sería ir a un campeonato basado en R5, pero no es lo que los fabricantes quieren para el automóvil de nivel superior. Los equipos tienen que comprometerse para abril. Esto nos da una oportunidad, si no se comprometen para entonces. De ser el caso podemos trabajar en una nueva estrategia y nos daría más de 18 meses para estar seguros de lograr lo que queremos – Yves Matton
Vía | Yle.fi