El organismo interior de automovilismo de este redactor está muy feliz desde la creación del WTCR. La nueva Copa del Mundo se ha tornado en algo necesario después del rotundo éxito de la normativa TCR y los elevados costes de unos coches TC1 que acabaron devaluando aún más el ya caído concepto del WTCC. El Mundial siempre puede volver a tiempo en un cambio de nombre relativamente sencillo de ejecutar, aunque para la primera edición de la fusión entre el Campeonato del Mundo y la International Series se ha optado por una denominación más prudente que probablemente no contase con el éxito de inscripción inicial.
Eloy Entrambasaguas ya ha definido en una detallada previa los aspectos importantes de un campeonato que tiene buenos conceptos a enlazar: muchos equipos (algunos con cierto apoyo de marca), siete fabricantes participantes, un complejo sistema de puntuación y un desarrollo en pista condenado por el Balance of Performance que puede estropear la posible igualdad. Pero el gran aliciente es la parrilla, tan cuantiosa como capada y llena de talento a muchos niveles. La inscripción será de 26 coches en total más dos wild card por cada cita excepto en la del Nordschleife, dónde la extrema longitud del circuito podría ayudar a ver más coches.
No hay una figura que destaque por encima de las demás en el certamen, que agrupa juventud y mucha experiencia. Cuatro de los seis campeones del WTCC estarán presentes: el regresado Yvan Muller (que no tenía previsto volver a la competición hasta que vio el potencial del Hyundai i30), el incombustible Gabriele Tarquini, el variado Rob Huff (sexto coche en siete años) y el nuevo rostro ganador en Thed Björk. También se incorporan otros rostros conocidos del desaparecido campeonato como los veloces Norbert Michelisz y Esteban Guerrieri, el campeonable y lesionado Tiago Monteiro, el mejorado Mehdi Bennani, el veterano Tom Coronel o el revelador Yann Ehrlacher, sobrino de Muller que empezó en resistencia.
Se añaden a la lista tres viejas glorias que siguen buscando suerte en los turismos. James Thompson efectuará su enésimo regreso internacional con el Honda de Münnich Motorsport, otra estructura de vuelta, mientras que Fabrizio Giovanardi y Gianni Morbidelli sumarán juntos más de 100 años de edad como compañeros de equipo en Romeo Ferraris, que les proporcionará un convulso Alfa Romeo. Los ex campeones del BTCC y las Superstars Series formarán junto con su compatriota Tarquini el trío de pilotos de mayor experiencia y edad, al pasar todos ellos los 50 años en contraste con la mitad joven de la parrilla.
El rejuvenecimiento forzoso del WTCC se complementa con la mayor atracción económica de los TCR, que ha alcanzado a mucho equipo con ganas. Zengo pondrá dos León para Norbert Nagy y Zsolt Szabó, manteniendo así la cantera húngara explotada después de Michelisz, a la vez que Denis Dupont dará la experiencia en el potente Comtoyou ante los pocos años en turismos de Aurélien Panis, Frédéric Vervisch y Nathanaël Berthon. Jovenes y experimentados en estas lides son Aurélien Comte y Mat’o Homola, que pilotarán un extraño Peugeot a diferencia de Pepe Oriola y John Filippi. El español será la principal baza de Campos e intentará marcar una ley que no dio los pasos definitivos en la TCR International Series.
Completan la parrilla el potente dúo formado por el tricampeón del BTCC Gordon Shedden y el campeón de las International Series Jean-Karl Vernay, compañeros en el W Racing Team, y el benjamín Lessennes, sustituto de Monteiro con apenas 18 años y mucha velocidad demostrada hasta la fecha. Entre los ausentes figuran Tom Chilton, James Nash y Néstor Girolami, todos de vuelta a sus campeonatos nacionales, además de un bicampeón Stefano Comini con poco presupuesto y una marca que podría regresar en poco tiempo como es Volvo, que muy probablemente busque construir un TCR a pesar de varias negativas.
El futuro conceptual de la parrilla también es bueno en el punto en que varios actores destacados se han quedado fuera por el límite establecido. Los ex campeones del ETCC Petr Fulín y Kris Richard estarán en el nuevo TCR Europa, dónde también desembarcarán equipos campeones del TCR como son Craft-Bamboo y Target Competition. El prometedor Maxime Potty, el ascendente español Mikel Azcona y el díscolo Dusan Borkovic formarán parte de una parrilla de segundo campeonato encabezada por dos grandes ausentes de la categoría superior: el bicampeón del TCR alemán Josh Files y el subcampeón Internacional Attila Tassi.
Rompe un poco con lo establecido el calendario, de diez rondas y nula relación con la Fórmula 1 como se hacía en Sepang, Shanghai y Singapur. Los urbanos de Marrakech, Vila Real, Wuhan y Macao se mezclan con el desafío de Nürburgring, los sinuosos Termas y Ningbo, la tradición húngara y la reincorporación de Zandvoort y Suzuka. Se echan en falta Monza, Salzburgring, Buriram y un mayor viaje por América para acabar de consolidar un proyecto con demasiada buena pinta, un cierto bombo y proyección global que esperamos no muera por exceso de éxito como hizo la preciada y aún añorada Super Touring.