No es la primera vez que os hablamos de la curiosa sensación que produce ver a un vehículo fuera de su escenario de confort, de esa categoría o campeonato para los que fueron diseñados. En el caso de los camiones, a su estética prácticamente hipnótica, se suma su intimidante presencia. En el caso de los protagonistas del Campeonato de Europa, cada vez que aparecen en algún tipo de exhibición es inevitable el mirar prácticamente embobado cómo tratan de traccionar lejos de los circuitos.
En España ya fuimos testigos de lo que es capaz de hacer Antonio Albacete al volante de su anterior MAN en el tramo espectáculo del Rallye de Ourense, sin embargo, el Téléthon des Abrets de este año nos volvió a dejar una estampa incluso más llamativa debido a las condiciones invernales de los tramos (se celebró a finales de noviembre), con mucho barro, que sumado a la presencia de la lluvia termina dejándonos un bonito espectáculo de derrapes en tramos repletos de estrecheces, chicanes artificiales e irregularidades en el asfalto en las que el paragolpes terminar por dejar algo de fibra marcada.
Desde luego, la paciencia y tacto de Clement Perrin con el acelerador a la hora de aplicar tan brutal par en el eje trasero es digna de admiración, sobre todo si observamos lo difícil que supone para otros vehículos ligeros de propulsión como los BMW mantenerse sobre el alquitrán empapado. Lo dicho, nos encanta cuándo vemos a uno de estos elefantes fuera de su hábitat.