Valtteri Bottas ha aprovechado cada uno de los parones en su habitual actividad como piloto del Mundial de Fórmula 1 para seguir tanteando la disciplina de los rallyes. En lo que llevamos de 2019, el finlandés, un novato en estas lides, se ha montado en un Ford Fiesta WRC para competir en la zona norte de su país, Laponia, antes de ayudar a poner a punto la versión R5 sobre asfalto junto a Eric Camilli y solo unas semanas antes de que lo viéramos de nuevo en las pistas donde prueba Toyota GAZOO Racing catando el Toyota Yaris WRC.
Ahora, en pleno parón veraniego en el Gran Circo, Bottas ha vuelto a aceptar la invitación de M-Sport para probar el Ford Fiesta WRC sobre asfalto, aprovechando en este caso que los de Malcolm Wilson y Richard Millener no cuentan por lesión con su hombre más experimentado, Elfyn Evans. Con Gus Greensmith sustituyéndole de cara al Rallye de Alemania, la estructura británica ha decidido contar con el feedback de Valtteri… aunque también es cierto que al piloto de Mercedes-AMG F1 no le han faltado los sustos.
Con mucha más confianza que en tierra o nieve, el segundo clasificado de la Fórmula 1 de 2019 se ha atrevido a atacar mucho más al volante del World Rally Car del óvalo, de nuevo con Jarmo Lehtinen a la derecha y con alguna que otra excursión a la hierba y desencuentro con otro tipo de vegetación. A buen seguro que se lo ha pasado bien experimentando estas bestias sobre el alquitrán, aunque puede que para M-Sport no les haya dado todo el retorno en cuanto a datos que necesitaban.
Viendo que las apariciones en coches de rallyes de Bottas han aumentado durante los últimos meses, no sería de extrañar que terminamos viendo al finés realizar alguna aparición en el WRC, o quién sabe, tal vez el Plan B al que se refería implique que llegue al Mundial de Rallyes antes que Fernando Alonso o el regreso de Kimi Räikkönen a la categoría en la que ya estuvo en su impasse entre el primer paso por la Scuderia Ferrari y su llegada a Lotus.