La obligación monetaria que plantea una carrera en el automovilismo de élite suele venir acompañada de un talento determinado por parte del piloto que pone el efectivo. No todos los jóvenes que se meten en el vehículo cuentan con la misma cantidad de dinero, incluso entre los más ricos y propensos a subir en la escalera financiera. Jordan King no ha sufrido ningún sobresalto económico y pudo llegar hasta la Fórmula 2, aunque perdió su oportunidad en Fórmula 1 por la desaparición de Manor a finales de 2016. El británico ha buscado sus opciones en 2019 y ha competido en tres campeonatos distintos en busca de su mejor bondad al volante.
Diariomotor Competición: Has corrido en varios continentes durante 2019, entre Indianápolis, Le Mans, tu año en Fórmula 2….
Jordan King: Sí, he estado ocupado (risas). La Indy 500 y las 24 horas de Le Mans son dos de las carreras más importante del mundo, ambas fueron experiencias increíble. No puedo quejarme de mi vida racing de este pasado verano, aunque los resultados no han sido los esperados.
DMC: Estás intentando diversificar tus opciones en el mundo de las carreras. ¿Por qué has seguido en F2, querías acumular más experiencia?
J.K.: Ya soy un veterano de la F2 aunque este coche era nuevo para mi, a efectos prácticos soy un rookie. No podía rechazar la oferta de MP Motorsport, a pesar de que mi intención era correr a tiempo completo en IndyCar.
DMC: Si tu intención es correr en América, ¿se acabó el sueño de la Fórmula 1?
J.K.: Nunca se sabe pero es muy difícil entrar dentro sin entrar en asuntos políticos, en IndyCar hubo un coche más adecuado y más potencial a demostrar a largo plazo.
DMC: Te subiste a un F1 con Manor, ¿cuán cerca estuviste de ser piloto si el equipo hubiera seguido en 2017?
J.K.: Creo que estuve muy cerca de llegar a F1 con ellos pero el equipo cayó antes de que pudiéramos concretar nada.
DMC: Si bien tu objetivo es ir a Estados Unidos, el programa del WEC tiene que ser de utilidad.
J.K.: Ganamos en nuestro debut en LMP2 y me gustaría pensar que eso sirvió para que otros equipos se fijaran en mí como piloto de futuro. No limito mis opciones, quiero competir dónde sea y con el coche que sea en el nivel más alto posible.
DMC: Es una buena filosofía de competición si no se llega a la F1. ¿Correr en varios campeonatos al mismo tiempo acelera el proceso de aprendizaje?
J.K.: Es la idea aunque es complicado pasar entre tres coches distintos en casi cada semana, adaptarse a su estilo de conducción, motores, neumáticos, equipos diferentes… Siento que he hecho un buen trabajo en mi adaptación.
DMC: Estando acostumbrado a los circuitos europeos o a un estilo de vida más europeo, ¿cómo sienta ir a trazados como Sebring dónde el coche tiembla por todas partes, o al sinuoso y largo Le Mans?
J.K.: Es cuestión de habituarse lo más rápido posible, siempre que subo al coche debo mantener la mente abierta y absorber toda la información que pueda. En Paul Ricard, por ejemplo, tuve que volver a recordar el circuito porque lo han reasfaltado varias veces. Nunca había estado en lugares como Sebring o Le Mans ni tampoco había pilotado en un óvalo antes de ir a Indianápolis. Ha sido un año muy loco y ahora puedo procesar mejor todo lo aprendido.
DMC: ¿Recomendarías este camino a otros pilotos que deseen adquirir experiencia antes de concentrarse en un certamen en concreto?
J.K.: Supongo que dependerá del sitio al que quiera llegar dicho piloto, a mi me ha ido bastante bien ahora pero hace tres años te habría dicho que no sería un buen método.
DMC: ¿Alguna vez has pensado en competir en casa, volver a los circuitos locales?
J.K.: No por ahora, quizá más adelante. Voy por tres continentes, así que espero poder preocuparme de ello en unos quince años.