En el mundo de los monoplazas, el piloto menos hambriento es el que peor rinde. Los latigazos y rebeldes comportamientos de los coches con alerones y motores potentes suponen también un golpe económico a la mayoría de sus aspirantes, siendo esencial tanto un piloto rápido como un apoyo fiel y efectivo. Robert Shwartzman dispone de ambos elementos gracias a una rapidez casi innata y el piloto apoyado por SMP Racing y la Ferrari Driver Academy no tiene de qué preocuparse más allá de su conducción, que le ha llevado a las puertas de proclamarse campeón de la nueva Fórmula 3 a falta de su cita nacional en Sochi.
Diariomotor Competición: ¿Cuándo te interesó el motorsport por primera vez?
Robert Shwartzman: Me gustan los coches desde que era muy pequeño, empecé a competir en karting y a mirar carreras de Fórmula 1 con cuatro años.
DMC: Nadie en tu familia había competido previamente.
R.S.: No, a mi padre le gustan las carreras pero nadie en mi familia ha sido piloto.
DMC: ¿Cuál es el salto más grande que has dado en tu carrera deportiva, entre karting, F4, Fórmula Renault y F3?
R.S.: El de karting sin duda, fue un universo completamente nuevo. Creo que mi evolución en monoplazas ha sido más estable y medida, incluyendo de la Fórmula 3 anterior a esta.
DMC: ¿Cuán diferentes son los coches de Fórmula 3, entre el del antiguo campeonato europeo y este nuevo?
R.S.: Hay muchas diferencias entre ambos, el de este año tiene más potencia, menos aerodinámica y pesa más. Es más diferente el uso de los neumáticos, hay que saber gestionar las gomas muy bien. Los dos coches son agradables de pilotar pero diría que me gusta más el de este año porque me he acostumbrado antes a llevarlo al límite, en 2018 estuve más perdido al comienzo de temporada. El comportamiento del pasado coche era completamente nuevo para mi y este año el coche se parece más al Fórmula Renault que piloté en 2017.
DMC: SMP Racing te ha apoyado tu ascenso durante varios años, ¿como se reparte el papel entre la asociación rusa y la Ferrari Driver Academy?
R.S.: Técnicamente es un acuerdo entre ambas academias de formación, hecho que me ayuda mucho. La relación entre ambas es muy buena y nada problemática. Llevo con SMP desde 2014 y con Ferrari desde 2017, por ahora estoy muy feliz de trabajar con ambas partes.
DMC: El programa de SMP ha crecido mucho en todos estos años.
R.S.: Sí, disponen de su propia academia para pilotos jóvenes y de su propia categoría de Fórmula 4, han construido su coche de LMP1, con un buen papel en Le Mans y en el WEC… Parece que han mejorado mucho y su nivel es muy alto.
DMC: Uno de los pilotos más importantes de SMP es Vitaly Petrov, con el que se te ve a menudo. ¿Viene a ser una especie de consejero?
R.S.: Es mi coach, trabajo con él en distintos aspectos del pilotaje. Nos llevamos muy bien, es amigo desde hace años, un hombre muy divertido y con el que disfruto mucho de lo que aprendo. Tiene mucho conocimiento del paddock de Fórmula 1 al haber sido piloto y sus consejos son muy importantes.
DMC: Eres de San Petersburgo, ¿tenías algún lugar en el que poder correr cerca de casa?
R.S.: Tenemos uno de reciente construcción, bastante bueno. Allí no deberían correr los Fórmula 1 pero sí tienen varias carreras nacionales, incluso categorías de promoción o de GT como las Blancpain.
DMC: Esta es tu segunda temporada con Prema y fuiste rival suyo durante años. Ahora que corres con ellos, ¿te has fijado en las diferencias en comparación con otras estructuras con las que has competido?
R.S.: Competí contra ellos en la Fórmula 4 italiana y les plantamos cara dentro de lo posible (en las filas de Mücke). Eran el rival a batir y constantemente muy fuertes y profesionales. Me plantée seriamente dar el salto a Fórmula 3 y competir para Prema justo después de la F4, pero acabé yendo a la Fórmula Renault primero y cuando llegué a F3 sí que quise buscar el mejor equipo desde el primer momento.
DMC: ¿Te hace sentir especial formar parte de la Ferrari Driver Academy, aporta presión para rendir?
R.S.: No tengo ningún tipo de presión encima, ni siquiera por parte de Ferrari. Hay mucha gente trabajando por nuestro éxito en Italia y es una pequeña exigente familia: si ganas todos están felices, si no ganas no están felices pero por lo menos intentan no juzgarte y ayudarte a triunfar.