Esta misma semana, Roberto Méndez intervenía en el programa de MARCA Motor Asturias y dejaba algunas pinceladas de lo vivido en el pasado Rallye Sierra Morena. El patrón de RMC Motorsport no sólo se dedicaba a deshacerse en elogios hacia su piloto ya puesta personal de las últimas temporadas, Cristian García, sino que también habría un tema de debate y reflexión acerca de nuestro panorama actual y futuro en el Nacional de Rallyes.
Y sí, en esta ocasión hablo consciente en singular y no en plural para hacer referencia a las dos disciplinas sobre las que se disputan nuestros Campeonatos de España de Rallyes. Méndez puso de nuevo en las ondas el debate sobre la conveniencia o no de crear un Nacional mixto. Por una parte, los pros claros que tendría la unificación en un certamen único de tierra y asfalto, como sería el de formar a jóvenes pilotos mucho más preparados para dar su salto internacional, especialmente a categorías como el ERC o el WRC, campeonatos en los que la tierra cobra un papel muy importante frente al alquitrán, mientras que en nuestro país es precisamente este último el que suele atraer más las miradas tanto de medios como de aficionados.
Obviamente los contras ya los conocemos todos. Se reducirían los equipos totales que se implican actualmente y los costes aumentarían al obligar a las formaciones participantes a tener prácticamente un coche para cada superficie además de los numerosos repuestos que esto conlleva para cada unidad. También se tendría que estudiar la viabilidad de mantener algunas de las monomarcas específicas que tienen ambos campeonatos (Copa Kobe, Dacia Sandero Cup o la Swift) y de hacerlo, se debería hacer con una preparación de los coches mínima para adaptarlos a ambas superficies y sólo tener que modificar reglajes básicos y sustituir las ruedas.
Méndez es sobradamente consciente de lo que implica todo ello, al fin y al cabo, su anterior proyecto de Beca RMC se disputaba con pruebas de ambas superficies y de él han salido nombres como Surhayen Pernía o el propio Cristian García que en la actualidad se están ‘pegando’ por las victorias de la categoría absoluta. Pero precisamente el fundador de RMC también ha sufrido en sus carnes lo difícil que puede ser sacar adelante un proyecto de garantías para que un joven piloto pueda competir en ambos terrenos.
Sin ir más lejos, García lo ha sufrido con la retirada de Mitsubishi y de no ser por el trabajo del propio Roberto y la llegada de Daniel Alonso no hubiera sido posible salir en la cita cordobesa al volante de un Ford Fiesta R5 y mucho menos pensar en estar en la salida del próximo Rally de Navarra.
Cristian se puede considerar víctima y a su vez afortunado superviviente por poder tener este año una montura competitiva. Otros no han corrido la misma suerte. El certamen mixto no es un tema novedoso, especialmente por lo mucho que le está costando al automovilismo español sacar nuevos pilotos que lleguen al Mundial de Rallyes después de las largas ‘rodadas’ dejadas por Carlos Sainz.
A las jóvenes promesas de nuestro país les cuesta muchos años y dinero llegar a una montura competitiva para poder luchar por el campeonato en una de las superficies, casi imposible soñar con compaginar dos programas a la vez y hacerlo con el tempo necesario de llegar a en el campeonato intercontinental para luchar con tus coetáneos dentro de alguna de las fórmulas que plante la FIA, entre ellas la JWRC, la cual, como se ha evidenciado los últimos años, también implica unos presupuestos casi astronómicos.
La Beca Junior R2 un primer paso, tardío, pero importante:
Queda claro que la solución pasa por formar a nuestros jóvenes en ambos terrenos, pero en este caso se hace casi inevitable el saltarse algún paso, posiblemente el de ser Campeón de España Absoluto vistas las dificultades para conseguir cerrar un programa competitivo. Es por ello que se puede considerar como logro la recientemente anunciada Beca Junior R2 presentada por la RFEdA, la cual tiene como objetivo el de que el ganador compita la próxima temporada dentro del ERC Júnior U27. Sigue los pasos de otras federaciones como la ADAC alemana o la checa. Tardía sí, porque ha llegado cuando muchos pilotos ya tenían definidos por completo sus años deportivos, sin embargo, no deja de ser una declaración de intenciones de la nueva presidencia y esperemos que se extienda también a 2018, ya con más tiempo para los interesados.
Con todo esto tampoco quiero decir en ningún momento que a Cristian García se le ‘ha pasado el arroz’, pero obviamente lo ideal hubiera sido que su aprendizaje se hubiera compaginado sobre ambas superficies. A estas alturas tenemos que tener claro que cada vez es más difícil que una marca te coja de la mano, invierta en tu formación y desarrollo como piloto y te lleve consigo al Mundial. El único ejemplo que nos hemos encontrado recientemente es el de Peugeot y ha precisado de la inestimable intermediación de Carlos Sainz.
En conclusión, sí me parece la solución ideal un certamen mixto para la formación de nuestros jóvenes pilotos, pero a día de hoy me sigue sin parecer una opción viable y a mi modo de ver afectaría a la salud de la que gozan actualmente tanto Nacional de Asfalto como Campeonato de España de Tierra. ¿Otras opciones? Pues sería apoyar por parte de la federación a alguno de los trofeos monomarcas para que se lance a la piscina y realice una copa mixta que sirva como paso previo a la recién creada Beca Junior R2.