Aún a riesgo de ser pesado, sigo insistiendo en que es un muy buen momento para fijarse en Estados Unidos para estar informado sobre cuál es el futuro que se le avecina al automovilismo mundial. Y más cuando la Fórmula 1, la máxima categoría, está ahora en manos americanas. Aspectos como los contratos televisivos o cambios en la filosofía de patrocinio son muy transferibles al día a día de las carreras «a la europea» y por ello no deja de ser noticiable que la NASCAR se esté planteando dar paso a un nuevo propietario.
Como la Fórmula 1 bajo el dominio de Bernie Ecclestone, la NASCAR se ha regido de forma bastante dictatorial desde sus inicios. Bill France Sr. logró la proeza de poner de acuerdo (por las malas) a un puñado de contrabandistas y se hizo con las riendas de lo que hoy es una máquina de hacer dinero en manos de sus herederos, la familia France. Al igual que Ecclestone, ellos no sólo controlan el campeonato sino buena parte de lo que sucede alrededor, siendo por ejemplo propietarios de la mayor parte de circuitos que visita la NASCAR. Pero esa máquina ya no está tan bien engrasada como antaño y por ello no ha sorprendido tanto la exclusiva de Reuters sobre una posible compra del campeonato estadounidense de stock cars.
Según la agencia de noticias, la familia France ha delegado en Goldman Sachs la búsqueda de posibles compradores. El negocio sigue siendo rentable, pero al igual que Liberty Media al frente de la Fórmula 1, quien lo compre tendrá que hacer frente a importantes retos como una menor presencia de patrocinadores, una afición claramente blanca, rural y envejecida y una difícil transición generacional en cuanto a pilotos.
Via | Reuters