En plena postemporada para definir al campeón de esta temporada, representantes de la NASCAR Cup Series reconocieron que han sido informados sobre una situación irregular que involucra la venta de información confidencial a un equipo rival por parte de un ingeniero del equipo Joe Gibb Racing, que tiene a Christopher Bell y a Denny Hamlin disputando los playoffs. De confirmarse las acusaciones, la NASCAR estaría a las puertas de un escándalo del tipo Spygate, lo que afectaría la credibilidad de la serie, que también viene arrastrando una demanda por parte de Michael Jordan.
Según el medio The Associated Press, el intercambio de información confidencial entre el ingeniero de Joe Gibbs Racing y personal de otro equipo, que actualmente no está en los playoffs, es del conocimiento del paddock y la irregularidad llegó a un punto en que se elevaron las protestas en el circuito de Charlotte porque se estaría sentando un precedente nefasto para el campeonato. Todavía los nombres de los involucrados permanecen en reserva, esperando que se realice una acusación formal, que por supuesto incluya las pruebas, para abrir una investigación más profunda.
Aunque la NASCAR es una categoría de stock car, está prohibido el intercambio de información sin consentimiento y en este caso se indicó que el ingeniero de Joe Gibbs Racing entregó propiedad intelectual, relacionada con la configuración, a cambio de dinero en efectivo y una oportunidad de empleo puesto que atraviesa por su último año de contrato y recibió la notificación que no sería renovado. El reglamento de la NASCAR no contempla sanciones a nivel interno, por tal razón están a la espera de que se presente una denuncia formal para, a partir de allí, determinar las próximas acciones que se pueden tomar al respecto.
