Han sido suficientes únicamente 100 kilómetros. La niebla cubría al circuito de Fiorano para dar la bienvenida al mundo de la Fórmula 1 al Ferrari SF-70H. Tanto Kimi Räikkönen como Sebastian Vettel (incluso estaba el por unos días piloto Sauber, Antonio Giovinazzi) tenían su primera experiencia al volante de su nuevo monoplaza para esta temporada y las primeras sensaciones parecían buenas. Al menos eso es lo que han apuntado algunas voces que afirmaban que el nuevo Ferrari había bajado ya de los 58 segundos en el circuito de pruebas de la Scuderia y con neumáticos ‘Demo’.
Un tiempo que no va a tener mayor recorrido si el próximo mes de marzo, cuando empiece el Mundial en el Gran Premio de Australia, el SF-70H no es competitivo. Sería un golpe muy duro para un fabricante que es historia de la Fórmula 1, la cual también ha escrito muchos párrafos en las páginas del libro que cuenta los 70 años de vida de Ferrari. Es por ello que este 2017 es incluso más importante, tanto para los pilotos, como para todos los integrantes de la Gestione Sportiva de Maranello.
Eran apenas las 11:20 cuando el SF-70H arrancaba su motor. Kimi Räikkönen era el primero en hacerlo rodar, ya con los neumáticos con las nuevas dimensiones, pero con un compuesto distinto al que tendrán durante el resto del año. El finlandés y el alemán se repartían equitativamente la distancia en un programa que sólo se veía alterado por la aparición de la lluvia. Esto retrasaba la salida a pista de Vettel, el cual no podría hacerlo hasta bien pasado el mediodía. Después de eso, el coche era empaquetado para ser transportado a Barcelona, donde el próximo lunes estará junto al resto de monoplazas en el primer día de pruebas oficial de pretemporada. El sonido por el momento es abrumador.
