Jornada complicada en cuanto a resultados para Fernando Alonso y Carlos Sainz en un Gran Premio de China que les puso las cosas difíciles a ambos con una doble presencia del coche de seguridad que no benefició a ninguno de los representantes españoles. El madrileño pilotó una carrera mesurada para acabar con una importante quinta posición para el campeonato de pilotos y de equipos, mientras el asturiano dio espectáculo en un último ‘stint’ digno de sus mejores días para acabar con la séptima posición y la vigésimo quinta vuelta rápida de su carrera deportiva en la categoría reina.
El fin de semana para los pilotos españoles fue particularmente intenso ya antes de llegar a la carrera principal. Tras la clasificación para la carrera sprint, una pelea en pista entre Carlos Sainz y Fernando Alonso acabó en retirada y sanción para el último y un quinto puesto para el primero. Mientras tanto, Aston Martin protestaría contra Ferrari sin éxito por la decisión de los comisarios de permitir que el madrileño siguiera en pista en clasificación a pesar de haber causado una bandera roja. Al final, la Q3 arrojó un resultado favorable al asturiano, con Alonso tercero en parrilla y Sainz teniendo que conformarse en séptima posición. Por delante, una carrera con oportunidades para ambos aunque con expectativas muy distintas.
En el momento de la salida, Alonso añadió el primer elemento picante de la prueba con su adelantamiento por el exterior de la primera curva sobre Pérez, situándose en segunda posición. El Aston Martin aguantaría en ese puesto solo las cinco primeras vueltas, pero una vez más la habilidad del asturiano en el momento de la salida quedó evidenciada a pesar de pilotar un monoplaza que no tenía las credenciales para pelear con Red Bull. Por su parte, Sainz tuvo una mala arrancada, cayendo dos puestos y pasando a ser noveno, aunque terminó el primer giro ya octavo tras dejar atrás a Hülkenberg.
Con el paso de las vueltas, quedaba claro que el Aston Martin no tenía hoy un ritmo para apuntar al podio, siendo superado Alonso por Norris dos vueltas más tarde. Cinco después, en la vuelta 12, llegaba la primera parada para el bicampeón del mundo que volvía a pista en décima posición. Sainz aguantó en pista algo más, pero su parada en boxes siguió el mismo patrón que el de su compatriota; ambos habían salido con neumáticos medios y ambos pasaron a duros. Sin embargo, la presencia del coche de seguridad tan solo unos minutos después cambió el desarrollo de la prueba. Alonso realizó otra parada en boxes para montar neumáticos medios, lo que le dejaría en mala posición estratégica para lo que quedaba de carrera.
Tras la segunda salida del coche de seguridad como consecuencia de los incidentes ocurridos en la resalida tras el primer periodo de neutralización, Sainz y Alonso eran quinto y sexto respectivamente, con vistas teóricas a un final de carrera relativamente plácido… siempre que los neumáticos del Aston Martin aguantaran. Pero con gomas blandas, eso nunca fue una expectativa razonable y en la vuelta 43, Alonso realizó su tercera y última parada. Neumáticos medios y a remontar. Mientras Sainz iba camino a una quinta posición relativamente anónima en un día en el que no estuvo en consonancia con el coche, Alonso superaba a Albon, Ocon, Hülkenberg, Hamilton y Piastri (estos dos en la misma vuelta) para hacerse con la séptima posición y el giro más rápido de la carrera.
