Desde hace unos años, el Circuit de Barcelona-Catalunya es la instalación de carreras más prestigiosa en España y uno de los trazados más conocidos del mundo. Los 29 años de historia de la pista de Montmeló ya dan mucho que contar respecto a los vehículos y pilotos que han pasado por su asfalto, aunque el pasado fin de semana volvió el habitual regreso al pasado que cada año cuenta con más éxito, ya sea por el factor nostálgico, los vehículos exhibidos, la variedad de espectáculos en la pista y fuera de ella… Quizá incluso una combinación de todo ello.
El Espíritu de Montjuïc es una prueba particular que se celebra a principios de temporada para no coincidir con otros eventos de prestigio y aún así entra dentro del organigrama en Montmeló a falta de escenario en la montaña barcelonesa. Marcas habituales como Porsche, Lola, Ford, Ferrari, Jaguar, Shelby, BMW, Bentley, Aston Martin y Alfa Romeo se mezclaron con vehículos más curiosos como los Rondeau, la multitud de Chevron, los curiosos Toj o el Ligier pilotado por el Soheil Ayari y el gentleman francés Jean Guittard (más conocido como Mr John of B).
Hasta 9 categorías distintas pasaron por Montmeló el sábado y domingo, con mayoría francesa entre los inscritos y nombres peculiares como Zak Brown, el ganador de categoría en Le Mans Raymond Narac, el ex F1 Alex Caffi y Shaun Lynn, piloto de coches históricos y padre de Alex Lynn. El jefe ejecutivo de McLaren compitió con dos Porsche (un 935 de 1981 y un 962 de 1986) junto al piloto británico Richard Dean, amigo íntimo de Brown y con quien fundó y posee el equipo United Autosports. Turismos, GTs y prototipos se reunieron con éxito en el Circuit catalán para arrancar los motores y comprobar el funcionamiento de unas máquinas bellas y siempre rápidas.
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