Luis Moya es siempre una persona muy vital, que muestra siempre mucha energía con sus palabras y sus gestos, sin embargo, esta vez era aún más especial. Durante el pasado Rally de Catalunya, pude hablar un poco con él y se le notaba especialmente emocionado por la que “estaba preparando” de cara al Rally Legend de este año. No era para menos, era su forma de rendirle un más que sentido homenaje a Colin McRae, el cual fallecía hace 10 años en un accidente de helicóptero y persona con la que el afable copiloto coruñés, siempre guardó una relación especial de amistad.
Y la que preparó… El Legend sanmarinense siempre es una fiesta. Una oportunidad única en el mundo para ver no sólo máquinas históricas, sino también ver a pilotos completamente volcados con el espectáculo, disfrutando ellos mismos de la afición y devolviéndoles el regalo con acciones que permanecerán indelebles en la memoria de los espectadores durante el resto de sus vidas.
Este caldo de cultivo, ya de por sí espectacular, este año mejoraba después de todo el trabajo realizado por Luis Moya para dar cita allí a gran parte de los campeones mundiales. Todos ellos para disfrutar del ambiente, pero también para participar en ese tributo al piloto escocés desaparecido hace ya una década. Didier Auriol, Miki Biasion, Stig Blomqvist, Marcus Grönholm, Juha Kankkunen, Sébastien Loeb, Sébastien Ogier, Timo Salonen, Petter Solberg y Ari Vatanen estuvieron presentes, sumado al propio Moya, Hans Thorszelius representando a Björn Waldegård, Derek Ringer y Nicky Grist haciendo lo propio con el mayor de los McRae, uniéndose también Alister, Jimmy, Margaret (la madre) y Hollie McRae, la hija, la cual también tuvo un momento muy emotivo mientras sujetaba la bandera escocesa desde el asiento del copiloto del Subaru Legacy RS con el que Colin compitió en 1992 en el Rally de Suecia.
Una fiesta con 30 títulos mundiales en la que no pudo estar Carlos Sainz (asistía al debut de su hijo con Renault en el COTA) y a la que también se quisieron sumar los actuales piloto del WRC, Thierry Neuville y Kris Meeke. Más de 80.000 personas fueron testigos de un espectáculo sin precedentes y un nuevo homenaje a una de las figuras más queridas de la disciplina. Esta va por ti Colin.