Era la noticia que nadie quería contar. Carlos Reutemann volvía a ser trasladado recientemente a la unidad de cuidados intensivos después de que su estado de salud empeorase repentinamente. Era la hija de Lole, Cora, la que hacía el comunicado por parte de la familia. El expiloto de Fórmula 1 argentino ha fallecido a los 79 años de edad este miércoles 7 de julio, dejando a una nación como la albiceleste completamente destrozada en un mar de lágrimas después de haber perdido otro de sus ídolos deportivos.
Siempre fijándose en el espejo de Juan Manuel Fangio y sus cinco campeonatos de Fórmula 1, Reutemann siempre peleó por lograr al máximo nivel. Parecía un guion muy conocido por todos los argentinos aficionados al futbol. Un piloto que se forjaba con éxitos nacionales en el Turismo Carretera y que conseguía llegar a dar un salto internacional a través de la Fórmula 2 con el respaldo del ACA, el Automóvil Club Argentino, que acompañó a Lole hasta Europa para empezar a cumplir su sueño. Terminó subcampeón frente a Ronnie Peterson en el Trofeo Europeo de F2 de 1971 y de Emerson Fittipaldi en el Torneo de F2 Sudamericano posterior. Con casi 30 años, casado y con una hija, el hijo de un ganadero sudamericano y de una italiana sabía que no había tiempo para perder.
Le Mans, Fórmula 1 y Mundial de Rallyes, nada lo paraba:
Sin embargo, todo se precipitó y tras ver su talento, fichó como piloto de Brabham en la Fórmula 1, puesto que compaginó con las competiciones de resistencia donde defendería los colores de Ferrari. Rozó el éxito en las 24 Horas de Le Mans, donde incluso llegó a ser líder de la clásica francesa en la edición de 1973 al volante del Ferrari 312 PB y con Tim Schencken como compañero. Líderes a mitad de carrera, un problema con el motor los dejó fuera de carrera.
En Fórmula 1 la demostración de su talento fue inmediata. En pole en la carrera de Buenos Aires (GP de Argentina de 1972) el santafecino logró salir desde el primer puesto de parrilla en su primera carrera oficial dentro del campeonato, y ya en 1974 lograría su primera victoria en Kyalami, algo que vino seguido por la tercera posición en la general al final del año 1975 en lo que fue su mejor temporada con Brabham, con una victoria en Nürburgring y seis podios que disparó sus ganas de luchar por el título, algo que no le iba a permitir el motor Alfa Romeo que empleó la escudería durante el año 1976.
No fue de extrañar que respondiera a la llamada de Enzo Ferrari, el cual contactó con él tras el fortísimo accidente de Niki Lauda en Alemania para que sustituyera al austriaco en el GP de Italia. El carácter de Reutemann y la forma de trabajar gustaban a ‘il commendatore’, por lo que no sorprendió que el argentino se adaptara muy bien al ambiente de la Scuderia desde el primer momento y que en 1977 incluso estuviera en disposición de pelear por los triunfos, logrando hasta cuatro muescas más en su palmarés en dos temporadas a pesar de que Lotus, con sus monoplazas con efecto suelo estaban dominando la escena internacional.
Un piloto atlético de gran habilidad, con un temperamento atormentado y tortuoso. Capaz de resolver situaciones difíciles y de compensar las deficiencias mecánicas, pero a veces sus emociones se apoderaron de él y le hicieron perder el resultado que parecía posible al principio – Enzo Ferrari sobre Retuemann en su libro “Piloti, che gente…”
Parecía que Carlos iba siempre con un paso a destiempo, ya que su llegada a Hethel en 1979 no le dio los éxitos esperados, con un Lotus 80 mucho menos competitivo que su predecesor y con una fiabilidad muy quebradiza que significó hasta cinco abandonos en los últimos seis Grandes Premios. No se movió de Gran Bretaña y su llegada a Williams lo llevó a tener dos temporadas con mucho ajetreo frente a su compañero, Alan Jones, con el que tuvo continuos roces (especialmente después de no respetar las órdenes de equipo en Brasil), aunque en la que consiguió ser tercero del campeonato y logró su primer triunfo en las calles de Mónaco, algo que siempre encumbra a un piloto.
Quedaba una gran oportunidad, la de la temporada 1981 también con el equipo de Frank Williams. Reutemann pelearía por el título Mundial hasta el final, prácticamente hasta el último metro en un Gran Premio de Las Vegas disputado en los aledaños del Caesar’s Palace que no honró a la preciosa batalla que mantuvo con Nelson Piquet y que terminó coronando al brasileño por apenas un punto. Tras este varapalo, Reutemann no encontró el apoyo en Williams y apenas nada más comenzar la temporada 1982 decidió abandonar el equipo y la categoría.
El propio Frank Williams lo reconocería años después: “En términos de equipamiento, le dimos a Carlos exactamente lo mismo que Alan. Pero Carlos necesitaba más apoyo psicológico que la mayoría de los conductores, y admito que no lo apreciamos lo suficiente”. La Fórmula 1 perdía a un piloto sobresaliente, capaz de ser competitivo con prácticamente cualquiera de los coches con los que participó en los Grandes Premios. El automovilismo argentino estaba muy orgulloso de Lole.
Los aficionados al Mundial de Rallyes también tendrían ese cariño por Carlos, especialmente después de que en sus dos presencias en el WRC dejara una buena impronta de su calidad con dos terceros puestos absolutos con el FIAT 131 Abarth en 1980 y con el Pegueot 205 T16 Grupo en 1985 que mostraron una faceta completamente nueva de él y que lo situaban como uno de los competidores más versátiles y técnicos de todo el motorsport. Era el momento de colgar los guantes y centrarse en otras de sus pasiones, ayudar a sus paisanos, siendo Gobernador de Santa Fe en hasta dos periodos legislativos, y posteriormente en senador.
Desde el pasado de mayo Carlos Reutemann había peleado día tras día con un problema intestinal, y la esperanza de verle recuperarse parecía crecer con las noticias de las últimas horas. Hoy, no sólo el automovilismo argentino llora ese mar de lágrimas por el fallecimiento de Carlos, sino que todos los aficionados al mundo de las carreras hemos perdido una parte de nosotros, una leyenda. Doce Grandes Premios ganados, subcampeón del mundo, 45 podios y el piloto argentino con más triunfos en Ferrari, con cinco vitorias en 34 carreras para la Scuderia, ganando cinco, lo que lo convierte en el piloto argentino más exitoso de la marca Maranello. que superan a las tres de Juan Manuel Fangio y a las dos de José Froilán González.
Desde el equipo de Diariomotor Competición queremos expresar nuestras más profundas condolencias a la familia y seres queridos de Reutemann. Descansa en paz.
Papá se fue en paz y dignidad después de luchar como un campeón con un corazón fuerte y noble que lo acompañó hasta el final. Estoy orgullosa y bendecida por el padre que tuve. Sé que me acompañará todos los días de mi vida hasta que nos volvamos a encontrar en la casa del Señor – Cora Reutemann