Silverstone es un circuito impredecible en cuanto a la meteorología se refiere y Fernando Alonso ha sido uno de los pilotos que mejor lo ha comprobado en la sesión de clasificación de hoy. McLaren parece haber llevado un coche más inspirado a su cita de casa, aunque todo apunta a que el próximo Gran Premio de Hungría debería ser más favorable para las características y virtudes del MCL32.
Alonso salió a la Q1 y dio varias vueltas a pesar de sus múltiples penalizaciones, dispuesto a intentar algo distinto con el circuito mojado. El asturiano iba a caer en la Q1 al no mejorar sus tiempos iniciales, pero McLaren decidió ponerle en pista con el neumático superblando en el minuto final, cruzando la línea de meta por apenas milésimas antes de que el semáforo se pusiera en rojo. Alonso acabó primero, en lo que es una pequeña señal de esperanza demostrada hasta en la aparición televisiva de Zak Brown, generalmente distante.
Obviamente, la Q2 fue otro cantar. El McLaren ya se vio encallado en una posición más habitual y Alonso no puso mucho más esfuerzo por su parte, finalizando 13º. Le valió para estar entre los Toro Rosso, aunque la posición de salida será la última. Stoffel Vandoorne mostró más ambicioso y logró pasar a la Q3, dónde quedó por delante de Romain Grosjean. El contraste entre Vandoorne y Alonso, 8º y 20º, es notorio.
De cara a la carrera el concepto de McLaren es distinto, con Vandoorne obligado a aguantar muchas posiciones y Alonso buscando una remontada que se antoja difícil. Silverstone es un trazado rápido pero sin demasiadas rectas, hecho que favorece al coche de Woking en cierta medida pero obligará a los dos pilotos a buscar una zona de puntos que no parece estar al alcance. Solo las lluvias y la aparición de problema ajenos podrían ayudar a Alonso, en una situación poco propicia que se vio en Bakú.