Más de un año después Fernando Alonso se volvía a subir a un monoplaza de las IndyCar Series. De nuevo volvía a lucir el dorsal 29, pero en esta ocasión casi todo lo demás era distinto. El asturiano se sentaba en una de las unidades de Andretti Autosport, la misma con la que Carlos Muñoz compitió en las 500 Millas de Indianápolis este mismo año (el equipo de técnicos y de ingenieros era el de Ryan Hunter-Reay), cumpliéndose también con el escenario anunciado, el Barber Motorsport Park de Alabama, una buena opción para que el bicampeón Mundial de Fórmula 1 tuviera contacto con los trazados ruteros que tradicionalmente utilizan en el campeonato intercalados en el calendario con las pruebas en ovales.
Pocos detalles han trascendido más allá de la prueba realizada durante la jornada del miércoles en el trazado de Alabama. Las nubes amenazaban lluvia durante la mañana, sin embargo, parece que el tiempo respeto gran parte del día, permitiendo así a Alonso conocer los cambios que han afectado al monoplaza para la actual campaña y que previsiblemente se matendrán de cara a la próxima campaña, así como la experiencia de rodar con uno de estos monoplazas con el asfalto de Barber Park húmedo.
Sí, fue un buen día, un día divertido. Me encanta probar coches nuevos y probar el monoplaza de IndyCar en un circuito rutero es algo especial. He tenido la suerte de probarlo en condiciones húmedas, en condiciones intermedias y en seco, así que en general tuve una buena sensación en cada tipo de condiciones de pista. El clima fue bueno para nosotros hoy, un poco de viento por la tarde, pero en general un día positivo.
Alonso confirmaba que durante 2017 tuvo algunas opciones de probar el monoplaza de las IndyCar Series en un circuito rutero, pero que finalmente no encontró el momento de hacerlo después de disputar la Indy500, mostrándose muy contento de haber podido sumar esta experiencia a su bagaje dentro del automovilismo: “Me encanta estar detrás de un volante, y también de un coche nuevo, una nueva experiencia, aprender muchas cosas del equipo, los ingenieros, todos, por lo que es un día feliz para mí”.
En cuanto a la hora de elegir entre un circuito oval y uno de estas características, más próximo al que se utiliza en el Mundial de Fórmula 1 y el WEC, Alonso reconocía que la cabeza le podría hacer elegir por lo conocido, pero que tras la experiencia en Indianápolis en 2017 su corazón se encuentra ciertamente dividido. Por el momento, la decisión de competir en la Indy500 o en el calendario al completo no dependerá en principio de las sensaciones que se lleva hoy Alonso del circuito estadounidense. Aunque no hay datos oficiales de los tiempos realizados, los medios norteamericanos apuntan a que Alonso podría incluso haber bajado el registro realizado por Josef Newgarden el pasado mes de abril para llevarse la pole.
Probablemente mi instinto me diga un circuito tradicional porque es a lo que he estado acostumbrado toda mi vida, pero la Indy 500 fue una experiencia increíble, así que 50/50. Creo que me encanta cómo se siente el coche en un circuito rutero, pero me encanta la forma en que compites en óvalos, gestionando los rebufos, el tráfico y todas las maniobras de adelantamiento, creo que son un poco más fáciles en los óvalos, por lo que, en términos de acción en pista, me encantaron las Indy 500.
