Fernando Alonso afrontará en solo uno días la que será su última carrera en la Fórmula 1. Después de 311 Grandes Premios, en el campeonato, a solo una decena de alcanzar al piloto que más ostenta, Rubens Barrichello con 322, el ovetense dirá adiós a la que ha sido su casa durante 17 años y en la que consiguió cumplir su sueño de ser Campeón del Mundo. Ahora que ya tiene algunos objetivos por afrontar en 2019, con la disputa de sus 24 Horas de Le Mans, así como una nueva intentona en las 500 Millas de Indianápolis, Alonso ha querido dejar algunas reflexiones a los que han sido su equipo durante los últimos años.
Han sido muchas cosas las que han cambiado para el bicampeón del Mundo de Fórmula 1. Aún sigue recordando cómo echaba carreras a su abuela de camino al colegio, tomando tiempos parciales incluso en infraestructuras habituales de la ciudad de Oviedo… la parada del autobús, un puente, una señal: “Tenía que ganarla, ¡cada día! Aquello no me hace sonar muy bien, ¿no?”. Cualquier cosa era suficiente como para saciar su ya por aquel entonces gran afán competitivo. Él quería ser el mejor en cada cosa que hacía, el más rápido y eso terminó por llevarle a la categoría reina del automovilismo.
(En la Fórmula 1) necesitas no tener corazón. No tienes que ser enemigo de los otros pilotos, pero tienes que centrarte en ti mismo para ganar. Si puedes ‘lastimas’ a alguien al conseguir una ventaja sobre ellos, eso es incluso mejor. Soy una persona competitiva y la competición es importante en la Fórmula 1, pero no compito en la Fórmula 1 por la competición. Puedo obtener eso en otras áreas de mi vida, como andar en bicicleta y jugar al tenis, o llevar a mi madre al supermercado. La razón por la que compito en la F1 es porque los coches me dan una sensación que no puedo encontrar en ningún otro lugar. Es único.
El asturiano reconocía que nada le provoca las mismas sensaciones que la Fórmula 1, algo que ha repetido durante los últimos años, al mismo tiempo que apuntaba que su estancia en el campeonato estaba próxima a terminarse. Después de haber competido en las 500 Millas de Indianápolis con los monoplazas de óvalos más rápidos, tras participar y ganar en las 24 Horas de Le Mans con el Toyota TS050 LMP1 Hybrid, Alonso deja entrever que con su adiós el próximo fin de semana en Yas Marina dirá adiós a unas sensaciones que solo encuentra al volante de un F1.
Es difícil explicar cómo es este sentimiento porque nada más se acerca a la F1. Tu cerebro tiene que resetearse cada vez que te subes al coche porque las cosas pasan muy rápido. Si no has conducido un coche de F1 durante algunas semanas, el nivel de rendimiento te sorprenderá. Voy a hacer karting a disfrutar de la competición; Conduzco en la F1 por este sentimiento. Los estilos de conducción en karting y F1 son bastante similares, pero no sucede nada inesperado en un karting. Tu cerebro nunca es tomado por sorpresa. Puedes predecir todo lo que el kart va a hacer. Ese no es el caso en la F1, donde te toman por sorpresa todo el tiempo. Cuando pisas los frenos, tu cerebro tarda 0.2s en ponerse al día. Esa es una sensación muy agradable, ese es el sentimiento.