No ocurrió, pero no porque McLaren no quisiera. Tras caer eliminados en el Last Row Shootout, el equipo con sede en Woking exploró las opciones que le restaban para poder estar en la carrera el próximo domingo 26 de mayo. Obviamente la más clara era la de comprar su puesto a otro equipo ya clasificado para la Indy500 2019, ya fuera para competir con ese chasis o simplemente para retirarlo y entrar con el McLaren-Chevrolet #66.
Solo unas horas más tarde, desde el propio equipo aclararon que no iban a comprar ningún asiento, sin embargo, tal y como había confirmado el propio Zak Brown a la periodista Jenna Fryer, el equipo había empezado a buscar las alternativas para que Alonso pudiera competir. Con O’Ward fuera de los 33 clasificados y con el equipo Juncos Racing rechazando la posibilidad de ceder su asiento, la opción más plausible era la de que Oriol Servià cayera debido a que el piloto catalán forma parte de Arrow Schmidt Peterson Motorsports, equipo muy ligado a McLaren y cuyo patrocinador forma parte de la estructura de Woking en el Mundial de Fórmula 1.
En un principio y según las informaciones de la periodista estadounidense, Fernando apoyó a McLaren en la búsqueda de una alternativa para estar en la carrera si esto contentaba a los patrocinadores, tanto del equipo como personales, sin embargo, después de enterarse que esto perjudicaría a otro piloto que sí había logrado la clasificación prefirió desechar la idea. Las palabras de Zak Brown a Associated Press así lo confirmaban:
Fernando no ha hecho nada malo, necesita estar en la carrera y debe estar en la carrera y tenemos muchos compañeros a quienes les gustaría estar en la carrera. ¿Le compramos un asiento? Bueno, dijo: ‘Sé lo que se necesita para entrar en esta carrera, no me parece correcto sacar a otro piloto que se lo haya ganado porque mi equipo ha comprado el asiento’. Hay mucho orgullo dentro de Fernando y McLaren.
Vía | Associated Press