Ha cambiado de fecha, pero el Gran Premio de Azerbaiyán ha mantenido la locura que se vio en 2017. Los accidentes y los cambios de posición han vuelto a ser la nota dominante de la carrera azerí, en la que los pilotos más hábiles demostraron su capacidad para aprovechar los incidentes ajenos. Fernando Alonso volvió a beneficiarse de dichos problemas a pesar de estar a poco de abandonar en el comienzo del GP y acabó séptimo por tercera carrera consecutiva, sumando unos puntos que le pueden venir muy bien a McLaren en la apretada lucha del Mundial de Constructores. Dos Safety Cars y la locura general de un circuito que ya parece un clásico de la Fórmula 1 ayudaron al peleón Alonso en su recuperación.
El asturiano salió duodécimo y su Gran Premio se complicó de forma casi definitiva en la primera vuelta, después de tomarse con calma las dos primeras curvas. Un malentendido en un triple paralelo con Nico Hülkenberg hizo que el alemán cerrase la puerta a Sergey Sirotkin, que a su vez se tocó con Alonso. El de Renault salió relativamente indemne del incidente, mientras que el ruso tuvo que abandonar con la rueda torcida y el español llegó a boxes con dos ruedas desllantadas. Por suerte para Alonso, los mecánicos de McLaren pudieron reparar los daños al cambiarle el alerón delantero y ajustar una suspensión que parecía dañada de forma terminal.
Alonso resalió 17º y adelantó a Kevin Magnussen y a Brendon Hartley con la ayuda del DRS en la larga recta de meta. No tardó tampoco en superar a su compañero Stoffel Vandoorne, poco cómodo en Bakú durante gran parte del fin de semana, y a un Pierre Gasly cuyo déficit de potencia le echaba fuera de la zona de puntos en el Toro Rosso. Tenía Alonso un ritmo parecido al de Sergio Pérez en el único Force India, pero el mexicano contaba con un margen de cinco segundos sobre el ovetense al haber resalido por delante y realizado los mismos adelantamientos antes.
Pérez pasó a Romain Grosjean y a Lance Stroll con los neumáticos blandos que cambió en su parada en la primera vuelta, hecho que Alonso no pudo replicar con un juego que agotó en más adelantamientos. El de McLaren se quedó detrás de Grosjean y fue alcanzado y rebasado por Carlos Sainz, que realizó su parada en la vuelta 16 desde la cuarta posición. Charles Leclerc y Stroll también pasarían a Alonso, que se fue largo en la primera curva con unas gomas muy gastadas que el español no pareció gestionar de igual forma que hicieron rivales como Kimi Räikkönen, Pérez y Grosjean, también detenidos en el primer giro.
La colisión entre Daniel Ricciardo y Max Verstappen revolucionó la carrera en sus últimas diez vueltas e hizo que todos los pilotos pasaran por boxes en busca del grip de los neumáticos nuevos. Grosjean se accidentó en el periodo de Safety Car y su choque contra el muro alargó la presencia del coche de seguridad, que dejó la pista a falta de cuatro vueltas para el final. Alonso pasó a Stroll dos veces en los instantes finales para finalizar séptimo, pegado a un gran Leclerc y no muy lejos de Sainz, cuyo quinto puesto deja a Renault cerca de McLaren; el bicampeón se mostró alegre y a la vez, demasiado positivo en busca de una poco probable lucha con Red Bull.
Contento por puntuar hoy, seguramente sea la mejor carrera que he hecho en mucho tiempo, la mejor de mi vida quizá. Llegamos a boxes sin ruedas ni alerón y con el fondo plano dañado, me dijeron que el coche estaba muy mal. Pensé que no acabaríamos la carrera, pero pudimos adelantar a varios coches y nos fue bien la segunda aparición del Safety Car, pudimos pelear con Stroll. Aún no he visto como está el coche, me dijeron que tenía daños significativos y me temí lo peor. La carrera ha sido muy loca, este séptimo puesto lo hemos conseguido por persistencia y pundonor por no retirar el coche, más que por ritmo. Hemos tenido cerca a Vettel al final y recortado la diferencia con Red Bull, ojalá estemos más arriba en próximas carrera y no tengamos que adelantar tanto a los rivales.
