Era el día de volver a la acción. Aunque se ha apuntado que Fernando Alonso llevaba casi dos años sin subirse a un monoplaza de Fórmula 1, lo cierto es que el tiempo no es tanto si tomamos como referencia los test en Bahréin en los que participó el ovetense con McLaren la pasada temporada. Fue a principios de abril, sin embargo, para un “Racer” puede haberle parecido toda una eternidad. Utilizó el mismo diseño de casco que en 2018 con pequeñas variaciones, lució el dorsal #14 una vez más y escribió en grande el nombre «FERNANDO» tanto en el cockpit como en su mono ignifugo, a diferencia respecto a McLaren donde siempre aparecía escrito «ALONSO».
Se daba así el momento de sentarse en el RS20 y comprobar en la dirección en la que estaban yendo los monoplazas amarillos durante las apenas 21 vueltas que ha podido realizar al Circuit de Barcelona-Catalunya. Aprovecharon al máximo la jornada, realizando una vuelta de instalación al principio de la mañana para asegurarse de que todo estaba correcto y esperando después unos minutos a que el asfalto fuera cogiendo algo de temperatura. Sin tiempos, con un buen número de fotografía y seguramente un vídeo que caliente aún más el regreso de Alonso a la Fórmula 1.
Fue increíble poder conducir estos coches después de dos años y sentir la velocidad de nuevo, cómo todo llega tan rápido, curva tras curva, el rendimiento al frenar y todas las cosas que un coche de Fórmula 1 tiene para ofrecer. Sentirlo una vez más se sintió bien. La mayor parte del día fue un poco de filmación con algunos drones en la pista y algo de acción detrás de la cámara. Al mismo tiempo, se trataba de trabajar con el equipo para hacer un par de vueltas y encontrar comodidad en el asiento, el volante y los pedales
Fue un regreso a casa en muchos sentidos para el español. Veinte años antes, Fernando hizo su debut para los predecesores de Renault, Benetton, en el mismo circuito. Ahora el ciclo se completará y cuando el año que viene se coloque en la parrilla del primer Gran Premio de la temporada, defenderá de nuevo los colores azules de Alpine en la nueva etapa de la estructura. Ahora que se ha vestido el mono con los colores de Renault Sport, queda por ver si habrá opción a que se vuelva a montar en el monoplaza antes de que termine el año, concretamente en la prueba de jóvenes que está previsto realizar en Yas Marina tras el Gran Premio de Abu Dhabi.
Creo que el coche fue una agradable sorpresa. Sabemos que el coche se está comportando bien en las últimas dos carreras y sentí el agarre y ciertamente un buen potencial en él. La última vez que conduje un motor Renault fue en 2018 y sentí un paso adelante, que es bastante importante allí. Todo se sintió bien. No pude maximizar el rendimiento del coche porque todavía no estoy al día, pero estoy contento con el test.
