En el día de hoy se ha hecho oficial la vuelta de Fernando Alonso a la Fórmula 1 de la mano del equipo Renault. El asturiano disputará su tercera etapa junto a los franceses, siendo la primera de ellas la más exitosa, donde consiguió sus dos títulos de campeón del mundo. En esta ocasión y para contar la historia que nos concierne, tenemos que remontarnos hasta el año 2002, cuando Alonso contaba con una única temporada de experiencia en el Gran Circo y esperaba la oportunidad de correr para Renault siendo piloto de pruebas. El español había sorprendido en Minardi y Flavio Briatore lo quería en su equipo. Pero para ello, había que esperar todavía un año. Un año que, debido a su juventud, tampoco debería suponer un problema.
Mientras tanto, Alonso continuaba con su labor de piloto de pruebas y ya se había subido en varias ocasiones al Fórmula 1 de Renault, cuando en el Gran Premio de Mónaco saltó la noticia. El piloto español disputaría un test en Silverstone con el equipo Jaguar, programado para el jueves 30 de mayo de 2002. Era parte de tres jornadas de entrenamientos colectivos de varios equipos en el circuito británico, donde algunos aprovechaban para subir a sus pilotos de pruebas o le otorgaban la oportunidad a jóvenes pilotos de probar para buscar a sus futuros pilotos. El equipo Jaguar no estaba en un bueno momento y necesitaban probar pilotos y ahí estuvo Niki Lauda para darle la oportunidad a Alonso.
Alonso fue rápido desde el minuto uno
Las condiciones de la pista no eran las mejores a primera hora de la mañana. Aun así y sin haberse subido antes al Jaguar R3, Alonso se adaptó rápidamente y comenzó a ir rápido desde el principio. Ese día también estaban probando los dos pilotos oficiales del equipo: Pedro de la Rosa y Eddie Irvine. Aunque tenían programas diferentes, de la Rosa recuerda siempre las buenas impresiones que le dejó Alonso en ese test, siendo capaz de adaptarse rápidamente a todo lo que se le ha puesto por delante, algo que ha quedado más que demostrado a día de hoy con sus victorias en las carreras de Resistencia y su rendimiento en las 500 millas de Indianápolis y en Rally Dakar.
Alonso completó un total de 57 vueltas al trazado de Silverstone, consiguiendo un mejor tiempo de 1:22.784. El asturiano superó a de la Rosa en una décima y a Irvine en tres, con la pista muy complicada. No fue el único piloto en subirse al Jaguar esos días además de los pilotos oficiales, con André Lotterer rodando el martes y James Courtney el miércoles. Jaguar no pudo comparar entre las tres jóvenes promesas, ya que las condiciones de la pista fueron muy diferentes. El tres veces ganador de las 24 horas de Le Mans fue el único junto a Alonso que superó a los dos pilotos oficiales, aunque el ya contaba con más experiencia con el coche ya que era el piloto de pruebas del equipo para ese 2002.
Briatore quedó muy impresionado con ese test, donde el asturiano demostró no solo su talento si no su capacidad de adaptación a un coche totalmente diferente y a unas condiciones complicadas. Lotterer y Alonso se conocían de la época del Karting, donde ambos compartieron pista en varias ocasiones, pero ninguno de los dos acabó corriendo para Jaguar en 2003. Lauda eligió a Mark Webber y a Antonio Pizzonia, dejando al alemán sin asiento y rumbo a japón, mientras que Alonso tuvo finalmente la oportunidad soñada de correr para Renault en 2003, año en el que conseguiría su primera victoria en F1 en su segunda temporada a tiempo completo. Un anuncio que se hizo el sábado 20 de julio de 2002, día de antes del Gran Premio de Francia y donde se anunció también la salida de Jenson Button del equipo.
Un amago de correr con Arrows
Aunque en el momento del test toda la prensa daba por hecho que Button renovaría con Renault para la temporada 2003, comprometiendo el posible ascenso a piloto titular de Alonso, parecía que la decisión estaba ya tomada desde hacía tiempo. El inicio de temporada del británico estaba siendo muy bueno en comparación con el de Trulli, consiguiendo dos cuartos puestos y un quinto, mientras que el italiano no había puntuado. Fue entonces cuando se abrió la oportunidad para ese mismo año 2002 de correr para Arrows. El equipo de Milton Keynes estaba pasando por una situación económica muy complicada y necesitaban lograr resultados para no irse a pique.
Alonso podía aportar esa velocidad a un equipo formado por el experimentado Heinz-Harld Frentzen y por Enrique Bernoldi. El alemán había conseguido puntuar en dos ocasiones, pero después de no clasificarse para el Gran Premio de Francia y de un doble abandono en Alemania, el equipo cerró sus puertas. Briatore estaba de acuerdo en ceder para las carreras finales a Alonso, pero simplemente la oportunidad desapareció. El asturiano se subiría en carrera la siguiente vez a un Fórmula 1 en el GP de Australia de 2003, iniciando su primera etapa en Renault y el resto, como se suele decir, es historia.