Ferrari ya había dejado entrever hace unas semanas que de establecerse un techo presupuestario aún más bajo podrían plantearse la opción de evaluar su entrada en otras competiciones. Aunque el WEC, con la reglamentación LMH modificada el pasado lunes (se permite la convergencia con el LMDh permitiendo al fabricante construir su propio chasis) parecía que se podía amoldar a la perfección de las exigencias marcadas por los del cavallino, Mattia Binotto ha reconocido este mismo jueves tras anunciar el fichaje de Carlos Sainz Jr. para 2021 que las IndyCar Series podrían estar en el plan de cara a 2022.
Los italianos han reconocido en boca de su director de equipo en SkySport Italia que existe la posibilidad de involucrarse en una de las dos series, aprovechando de esta forma que, con el techo presupuestario, parte del personal que actualmente trabaja en la sección deportiva de los de Maranello quedaría inhabilitados por reglamento para participar en el proyecto de la Fórmula 1. IndyCar y Resistencia, esas dos parecen las principales opciones, obviamente apuntando a algo más que su actual programa en GTE-Pro.
Ferrari siente una gran responsabilidad social hacia sus empleados y queremos estar seguros de que para cada uno de ellos habrá un espacio de trabajo en el futuro. Por esta razón, hemos comenzado a evaluar programas alternativos, y confirmo que estamos mirando a la IndyCar, que actualmente es una categoría muy diferente de la nuestra [F1] pero con un cambio de regulación programado en 2022 [introducción de motores híbridos]. También observamos el mundo de las carreras de resistencia y otras series. Intentaremos hacer la mejor elección – Mattia Binotto
El límite presupuestario bajará de cara a 2021 de los 175 millones dólares inicialmente planeados a los 145 millones que finalmente se implementarán: “En Ferrari nos estábamos estructurando según el presupuesto aprobado el año pasado, y la reducción adicional representa un desafío importante que inevitablemente conducirá a la revisión del personal, la estructura y la organización”. Hay que recordar que el campeonato norteamericano ahora mismo emplea chasis estándar firmado por Dallara, por lo que sería difícil de imaginar que se pudiera abrir el reglamento para permitir a los fabricantes construir los suyos propios.
Hay que recordar que en la década de los ochenta, Ferrari ya trabajó en la posibilidad de competir en la extinta CART con el 637, un proyecto que finalmente no se llevaría a las carreras aunque sí que se desarrolló el monoplaza, el cual se encuentra actualmente en el museo de la marca. El interés en aquel momento de los italianos por las series estadounidenses se basó en el enfado de la marca italiana por la polémica de la FIA de establecer un nuevo motor para la Fórmula 1. Un V8 de 3.5 litros. Algo que no convencía a Ferrari, la cual quería seguir empleando los V12, lo que finalmente consiguió, mientras que el proyecto inicial de competir en la Indy500 de 1987 no terminaría de salir adelante, aunque se reaprovecharía lo aprendido con el motor V8 Turbo de 2.65 litros para que Alfa Romeo estuviera en la icónica carrera en 1989.