El Mundial de Fórmula 1 ha vuelto a su extraña versión anual en Mónaco, un circuito poco dispuesto para la acción en pista pero siempre imprevisible. En medio de los muros del Principado, Ferrari ha dado un pequeño golpe que puede ser decisivo en otros momentos de la temporada. La famosa Scuderia ha roto su maleficio monegasco, dónde no ganaba desde 2001, y lo ha hecho con un doblete pensado desde boxes. Sebastian Vettel ha adelantado al poleman Kimi Räikkönen tras el paso por el pit lane y ha conseguido su tercera victoria de la temporada, aún más valiosa ante el discreto fin de semana de Lewis Hamilton.
La pole de Räikkönen reflejó el buen ritmo del SF70H, que fue el coche a batir desde los libres del jueves. Ambos Ferrari taparon huecos en la salida y se escaparon ligeramente ante la impotencia de un Hamilton que solo pasaba a Stoffel Vandoorne. Red Bull también demostró su potencial, con Max Verstappen atacando a un flojo Valtteri Bottas que no seguía a los coches italianos y que tampoco podía aguantar demasiado a los austríacos. Por delante parecía que Vettel iba más rápido que su compañero, al mantener la distancia alrededor de los dos segundos e incluso acercarse a un paso de usar el DRS.
Ante el poco desgaste, las paradas en boxes serían vitales y fue en el pit lane dónde se decidió la carrera en varios frentes. Räikkönen paró seis vueltas antes que Vettel y se encontró algún doblado en su regreso a pista. El tetracampeón alemán marcó varias vueltas rápidas y amplió su hueco lo suficiente para pasar al finlandés y escaparse al frente del Gran Premio. También se decidiría allí la lucha por el podio, ya que Daniel Ricciardo se sacó unas vueltas magistrales para salir ampliamente por delante de Bottas, que se había detenido pronto ante un posible undercut de Verstappen.
Mercedes quedó tocada con la jugada de Red Bull y Bottas se vio obligado a cerrar puertas más que a intentar buscar ritmo. Tampoco le salió la jugada mucho mejor a Hamilton, que alargó su única parada hasta el punto de salir por delante de Sergio Pérez y de Romain Grosjean pero por detrás de un superlativo Carlos Sainz. Entraba la carrera en sus últimas 20 vueltas con las posiciones muy decididas y poco concepto de movimiento en general. Ni siquiera por abandonos excesivos, con la única retirada de Nico Hülkenberg tras una intensa humareda en su Renault.
El cambio llegó (aunque no en exceso) con la aparición del Safety Car en la vuelta 60 ante el vuelco de Pascal Wehrlein. Jenson Button juzgó mal un posible adelantamiento en Portier y puso la parte delantera de su McLaren solo a la mitad del Sauber del alemán. El choque entre ruedas provocó el giro de Wehrlein y el abandono de ambos pilotos. Pocos equipos decidieron pasar por boxes con el Safety Car sobre el circuito, aunque Red Bull estuvo entre ellos al poner un nuevo juego de superblandos para Verstappen. Empezó también a surgir el problema del posible desgaste del asfalto en la curva de Santa Devota, reflejado en el accidente de Marcus Ericsson cuando intentaba recuperar su vuelta perdida.
A partir de ahí, llegó la calma en la parte delantera del pelotón. Vettel se limitó a controlar la carrera y consiguió la victoria, dándole de paso el primer doblete a Ferrari desde 2010. Räikkönen pudo acabar segundo a pesar de la presión final de un rápido Ricciardo que bien podría haber optado a algo más de cara a una posible lucha con Vettel. Bottas era cuarto por delante de Verstappen, ambos por delante de un resistente Sainz que igualaba su mejor resultado en la Fórmula 1. Hamilton intentó pasar al madrileño en los últimos instantes, pero acabó conformándose con una séptima posición que no le ayuda en absoluto aunque suponga más que un abandono.
La locura llegó más allá del top 7. Haas sumó puntos con sus dos coches en un mismo Gran Premio por primera vez en su breve historia: Grosjean acabó octavo, manteniendo como Sainz su posición de salida, mientras Kevin Magnussen se sobrepuso a un pinchazo para ser décimo. Felipe Massa fue noveno y salvó parte de los muebles de Williams, con un discreto Lance Stroll que abandonó por problemas de frenos. Daniil Kvyat siempre estuvo detrás de Sainz pero parecía que al menos podría sumar unos valiosos puntos hasta que Sergio Pérez decidió lo contrario y chocó con él en La Rascasse, en una maniobra optimista del piloto mexicano.
Force India se quedó a cero por primera vez desde Austria 2016, en una actuación discreta de Esteban Ocon y una revolucionada de Pérez. El mexicano adelantó a Stoffel Vandoorne en la resalida de la vuelta 67, yéndose el belga al muro al no verle a tiempo. Más tarde, Pérez chocó con Kvyat y tuvo que pasar por boxes, perdiendo su racha de 15 carreras consecutivas en los puntos. El accidente entre Button y Wehrlein provocó el desaguisado general y los posteriores choques de Ericsson y Vandoorne en Santa Devota culminaron el mal día de McLaren y de Sauber, que necesitarán en otras carreras la suerte que hoy no han tenido.