Mientras que Mercedes-Benz ha retrasado el posible anuncio de un compromiso con el campeonato, algo que parece evidente que se dará antes o después, Ferrari empieza a posicionarse ante una posible entrada dentro del campeonato de monoplazas eléctricos tal y como aseguraba Sergio Marchionne en declaraciones a la revista oficial de la Federación Internacional de Automovilismo.
Fabricantes como DS, BMW, Audi o Renault han encontrado en la Fórmula E un buen laboratorio de pruebas en el que desarrollar sus propios trenes de potencia. Ahora con la promesa de poder disputar ePrix completos sin la necesidad de detenerse en boxes ha terminado de convencer a las marcas que una incursión en la competición puede ser además una buena forma de promocionar productos propios.
Ferrari es uno de los fabricantes que ya ha empezado a experimentar con los sistemas híbridos y no descarta la idea de que en un futuro también estudie otras vías como la electrificación. La peor noticia para los de Maranello es que uno de los requisitos que el propio Marchionne puso hace meses, el de tener un reglamento mucho más abierto, no se cumplirá, manteniendo la FIA y los responsables de la Fórmula E la idea inicial de mantener ciertos elementos como el chasis o las baterías estándar para todos los equipos.
Tal vez no estemos tan lejos de ver un Ferrari eléctrico, aunque los incondicionales pueden tener el margen de que el primero puede ser un monoplaza de competición y no un deportivo de calle.
Necesitamos estar involucrados en la Fórmula E porque la electrificación va a ser parte de nuestro futuro. La hibridación es crucial para Ferrari. No se puede negar que los reglamentos nos ponen bajo presión, pero podríamos alcanzar esos objetivos de otras maneras. El desafío es beneficiarse de la hibridación no sólo en términos de reducción de emisiones, sino también de rendimiento.
