El año pasado Mattia Binotto, jefe de Ferrari, asomó la posibilidad de que la escudería italiana desembarcara en la IndyCar y más allá de un simple rumor, de esos que aparecen cuando la Fórmula 1 está en pausa, el mismo Roger Penske, responsable de la IndyCar, indicó que las conversaciones habían ocurrido y estaba entusiasmado con la idea de que el fabricante italiano se sumara a Honda y a Chevrolet para el 2022. Pero nada de eso sucederá, al menos a corto y mediano plazo, ya que el mismo Binotto declaró que mientras la prioridad sea ganar en la Fórmula 1 no habrá tiempo ni recursos para enfocarse en nuevos proyectos.
No es la primera ocasión en la que Ferrari muestra interés en la IndyCar y posteriormente se retracta, desde hace varias décadas acude a tal estrategia para llamar la atención. Pero en este caso despertó el interés porque entraba en juego el límite de presupuesto que se aplicará en la Fórmula 1 con la reducción de personal que ello traerá. Además el hecho de que el mismo Roger Penske haya confirmado que sí existieron las conversaciones para facilitar la incorporación de los italianos a la categoría americana otorgaba el beneficio de la duda a las declaraciones de Binotto.
Es de suponer entonces que al desestimar unirse a la IndyCar, el mismo argumento debería aplicar para también dejar de lado un hipotético programa Hypercar para las carreras de resistencia. Según los movimientos internos que han ocurrido en Ferrari desde que se aprobó el tope de presupuesto anual, que se estableció en 145 millones de dólares para esta temporada, 140 el año que viene y 135 en el 2023, todo apunta a que los recursos técnicos y humanos serán desviados a equipos clientes como Haas F1 y Alfa Romeo, principalmente al primero de los mencionados que contará con una planta física cerca de las instalaciones de Maranello.
En palabras de Mattia Binotto:
Después de varias discusiones llegamos a la conclusión de que no ingresaremos a la IndyCar ahora. Podría ser posible a medio o a largo plazo, pero hoy queremos concentrar nuestras inversiones y esfuerzo en la Fórmula 1.
Vía | Speedweek