Todavía no se ha hecho oficial, pero ya son muchas las voces que apuntan a que Pascal Wehrlein también se puede perder el Gran Premio de China, dentro de poco más de una semana por los mismos motivos que le dejaron fuera la primera carrera de la temporada. El alemán pasó los exámenes médicos, sin embargo, el equipo comunicaba la mañana del sábado en Australia que sería finalmente Antonio Giovinazzi el encargado de pilotar el segundo monoplaza de Sauber.
Incluso Marc Gené apuntaba ya durante el pasado fin de semana, que creía que sería Giovinazzi el que también disputará la segunda prueba de este año tras un debut sólido, sin apenas preparación y tras únicamente tomar parte de los terceros entrenamientos libres. El italiano, protegido de la Scuderia Ferrari fue el único piloto Sauber en terminar la carrera después de haber realizado una sesión de clasificación que no desentonó si la comparamos con la de su compañero de equipo, Marcus Ericsson.
Es por ello que no es de extrañar que el equipo dirigido por Monisha Kaltenbron vuelva a confiar en Antonio para la cita asiática, al menos hasta que se solucionen los problemas que tienen alejado a Wehrlein del monoplaza, ya sean físicos o de otra índole. Sin embargo, se plantea un gran problema para el equipo de Giovinazzi, más concretamente para Ferrari, la cual se puede quedar sin su piloto para el test de jóvenes pilotos ya que a partir del tercer Gran Premio disputado (se cumpliría en Bahréin), el transalpino dejará de ser considerado precisamente eso, ‘joven piloto’.
El tiempo lo dirá, al igual que si Giovinazzi puede ser dentro de algún tiempo el piloto italiano que tanto busca Ferrari.
Vía | F1Talks