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Ferrari volvió a aplicar la Ley del Hielo en Bahréin

La estrategia de no realizar declaraciones a los medios, fuera del estricto protocolo de la Fórmula 1, trae de cabeza a los periodistas, reporteros y otros comunicadores que viajan hasta los grandes premios para cubrir el acontecer de Ferrari. El silencio de los representantes de la escudería no ha sentado nada bien, sobre todo en predios italianos, aunque a decir verdad, muchos esperaban ver a Maurizio Arrivabene o a Kimi Räikkönen para preguntar qué hay de cierto acerca de un precontrato firmado con Daniel Ricciardo, lo que sin duda agitaría el ambiente interno. Por ello se cree que la imposición de ignorar a los medios persistirá por un buen rato.

Desde La Gazzetta dello Sport creyeron que el silencio se iba a diluir a medida que avanzaba la temporada y Ferrari alcanzaba sus metas, pero no ha sido así. La escudería italiana sigue sumergida en la discreción y el silencio, colocando cierta distancia con los medios y a su vez con sus propios seguidores. Entienden que tal vez Sergio Marchionne, presidente de Ferrari, estimó necesario no exteriorizar expectativas sobre lo que tenían planificado para este año, y por ello evitó declaraciones que podrían considerarse triunfalistas, como lo hizo en 2016, pero de allí a ordenar que los miembros del equipo eviten interactuar con los comunicadores, creen que es exagerado.

Ferrari es el equipo más popular de la Fórmula 1, con fanáticos en todos los escenarios, y resulta que ahora únicamente se presentan ante los medios cuando la FIA organiza sus ruedas de prensa, luego de las carreras, delante de las cámaras de la transmisión oficial, o por aprobación del equipo. En tal sentido, se indicó que desde ayer, apenas Sebastian Vettel concedió una entrevista exclusiva para Sky Sports. Por ello, algunos medios han realizado gestiones ante la FIA para quejarse pues en la ocasión que Dave Greenwood, ingeniero de carreras de Kimi Räikkönen, y el piloto finlandés compartieron con la prensa, profirieron una serie de argumentos sin sentido y contenidos vacíos, de poca relevancia para el público.

Los medios italianos no comparten ese tono arrogante y poco profesional; y entienden que Ferrari atraviesa por un gran momento y desean evitar a la prensa sensacionalista que disfruta al generar conflictos, pero al evadir a la mayoría de los medios, el público también se pierde muchas cosas positivas, tal como sucede en estos momentos. En todo caso, Chase Carey, CEO de la Fórmula 1, debería analizar la situación porque escuderías como Mercedes y Red Bull no huyen de los periodistas.

Vía | Speedweek

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Humberto Gutiérrez

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