Dos marcas que se han enfrentado casi desde el principio, siendo literalmente la razón de ser de una de ellas. Dos marcas cuyos paralelismos y respuestas, primero en coches de calle y más tarde en carreras, han sido constantes desde hace prácticamente medio siglo. Hoy día se pueden hacer muchas comparaciones, pero quizás esta es una que no se ha hecho tanto.
Ferrari vs Lamborghini, una lucha también indirecta en sus monomarca
Hablamos de poner cara a cara las dos monomarca de Ferrari y Lamborghini: la Ferrari GT World Challenge y la Lamborghini Super Trofeo. Dos monomarca de lujo con muchas cosas en común, así como puntos en los que son radicalmente diferentes. Dos, además, que han tenido citas en el mismo circuito durante este año, caso del Circuito de Jerez al que en ambos casos no habían rodado desde antes de la pandemia – evidentemente en momentos diferentes, caso de la Ferrari en junio y la Lamborghini en septiembre.
En esta comparación sería ideal incluir a Porsche con su Supercup, contando con la Supercup telonera de la Fórmula 1 así como las competiciones nacionales que utilizan el 911 GT3 de la generación 992.1 (en breve dando el paso al 992.2). Ahora bien, en la Península Ibérica, aún llegando la Porsche Sprint Challenge Ibérica, ni viene por sí sola (es decir, como evento individual) ni es Porsche directamente, sino que se realiza a través de la empresa portuguesa P21 Motorsport. Siendo de por sí un campeonato con un gran montaje entre bambalinas, la comparación no es exactamente igual.
En lo que a espectáculo en pista, ambas están a niveles similares. Ambas utilizan coches de carreras derivados de serie – el 296 Challenge con el V6 híbrido para Ferrari, Huracán Super Trofeo evo2 para Lamborghini, esperándose que cambien al Temerario Super Trofeo para el año que viene igual que ya han confirmado el Temerario GT3. Ambos campeonatos, además, están divididos a su vez en categorías Am y Pro, en el caso de la Ferrari haciendo hueco para los antiguos 488 Challenge.
En su gran mayoría, son gentleman drivers que corren por placer como clientes predilectos de la marca, viéndose pilotos de todo el mundo disfrutando de fin de semanas de carreras. Ocasionalmente se ven pilotos profesionales de proyección: por la Ferrari pasó Álex Palou en sus inicios, así como se ha visto en 2024 al ex piloto de Fórmula 1 Timo Glock, haciendo de coach de pilotos. En la Lamborghini, sin ir más lejos, ha competido este año la joven promesa nipona Miki Koyama.
Ambas tienen experiencias en pista entre carreras, entre otras diferencias
Entre carrera y carrera, ambas tienen espectáculos en pista. En la Ferrari, puedes ver a clientes rodar con sus 296 de calle, así como algún otro modelo especial que se puede ver en el paddock – si bien es posible que estos modelos especiales rueden después del fin de semana a puerta cerrada. En el caso de los de Sant’Agata Bolognese, han utilizado varios Essenza SCV12, la versión ‘sin barreras’ del Aventador SVJ con su atronador 6.5 V12.
En cuestiones de prensa, ambas difieren. En la Ferrari no sólo tienes a gente de fábrica, de Corsa Clienti, a disposición, sino también un trato excelente en todos los sentidos con un motorhome al nivel de la Fórmula 1. Lamborghini, en su especialidad de vender sensaciones, organiza experiencias muy especiales en las que uno puede probar uno o varios modelos de la marca.
Ahora bien, en el trato al público, a los espectadores, es quizás donde más se nota la diferencia. En Ferrari, el foco se pone 100% de manera absoluta en sus clientes, los que ruedan en pista. Se permite la entrada al espectador, pero no hay (o no siempre hay) montaje dedicado para los visitantes. Es un evento para los que son parte del Cavallino, literalmente.
En Lamborghini, esto se entiende de manera distinta, abriendo el paddock a todo el mundo para que puedan ver no sólo los coches de la Super Trofeo, sino también los modelos de calle (ya sean Urus, Huracán o el nuevo Revuelto, sucesor del Aventador) que aparecen en las exhibiciones en pista y experiencias VIP, sabedores de que gran parte de Lamborghini es precisamente eso, ser objeto de deseo. No sólo eso, sino que han llegado a traer una unidad de test del Lamborghini SC63 con el que han competido este año tanto en la IMSA como en las 24 Horas de Le Mans.
Dos experiencias singulares con coches de ensueño
En cualquiera de los casos, ambas son experiencias que se disfrutan para un fin de semana de carreras. Una actividad que sigue haciéndose y fomentándose en España, aunque no tenga ni de lejos la repercusión de otras partes de Europa como Francia, Escandinavia, Alemania o Reino Unido.
Por tanto, son carreras monomarca que, aunque los pilotos no sean en su mayoría figuras llamativas, merece la pena ver por el show. Y, por supuesto, la oportunidad de ver a dos de las marcas más adoradas del mundo en acción con decenas y decenas de superdeportivos rugiendo al unísono.